Cuando llegas al fondo
añoras o maldices
lo que dejaste atrás:
el grifo de la ducha mal cerrado
el cenicero lleno de colillas
o el Serrat melancólico
con aquel fa vint anys que tinc vint anys
golpeando tus sienes a traición.
Lamentas que la muerte
disponga de acepciones como ésta,
claramente letal, aunque pasiva.
Si pudieras, al menos,
morirte sólo un poco
o morirte de repente
Si pudiéramos, digo,
cruzar sin un rasguño este deshielo…
Disculpa esta torpeza
de andar siempre buscando
cerezas en el olmo.
La tarde se me ha puesto
romántica y lasciva.
No me atrevo a llamarte,
pero he puesto tus fotos
frente a mí, en la pared.
No quiero morir sola.
Autor: Katy Parra
Ilustración: Vilhelm Hammershoi
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