Cada vez que hago
el leve intento
de golpear mi mano
contra ese muro
que solo yo veo,
cada vez que me niego,
entonces, realmente,
me siento sola.
No se puede luchar,
ni esquivar los golpes,
la soledad
es atravesar ya el muro
pero hacia dentro.
Autor: Ana Vega
Fotografía de Noell S. Oszvald
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