Se vende complejo de culpa en buen estado,
con incrustaciones de brillantes en el vello púbico.
Ideal para tímidos, borrachos, cantantes de boleros,
delfines amaestrados, concursantes televisivos
y oficinistas de natural bondadoso
(absténganse niños, filósofos epicúreos y amantes
de la velocidad).
Se adapta con facilidad a rostros tristes
y a bolsillos de poetas sin oficio.
Varios tamaños y texturas, regulables
según el grosor de los pecados.
Se añade proyector de remordimientos
a medida de las fantasías incautadas.
Utilícese en noches de luna llena
y después de fiestas con carmín abundante;
jamás lo muestre en presencia de una mujer hermosa,
de sus ojos infinitos,
de sus pechos venenosos:
podría perjudicar seriamente el mecanismo.
Espere a estar solo,
a estar borracho,
a llorar sin motivo,
a reír sin motivo,
a vivir sin motivo.
Urge venta por traslado
al país de los fruteros indecentes
y las putas sin necesidades pecuniarias.
A pagar en cómodos plazos
hasta la negra noche del juicio,
o a cambiar por objetos inservibles:
una duda por resolver,
una duda irresoluble,
un espejo sin marco opresor.
Sólo deseo despertar mañana
y respirar el olvidado aroma
de su ausencia.
Autor: Ernesto Frattarola
Ilustración de Margit Anna
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