En ocasiones
siento un vértigo premonitorio,
el cielo se parte
y una monstruosa brecha
nos deja al descubierto,
bajo la inclemencia áspera
de la negrura infinita,
expuestos al glacial frío
y a su absoluta soledad,
al abismo de vórtices
en el que solo nos queda
la eterna noche astillada
bajo la que yacemos desnudo
Autor: Enrique Claros
Fotografía de Noell S. Oszvald
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