Un cuadro de Goya, de pequeño tamaño, que muestra los horrores de un grupo de enfermos en el frío interior de un hospital, donde la gente muere y sufre en masa a causa de una epidemia. Hombres, mujeres moribundos, apilados y amontonados en la abovedada sala son víctimas de la soledad y del más triste de los abandonos. La composición de Goya nos muestra a los enfermos a lo largo de un primer plano dispuestos en una atmósfera atormentada por el sufrimiento físico y emocional al que están siendo sometidos. Las personas, que intentan ayudar a los enfermos dándoles de beber y ofreciéndoles consuelo con sus cuidados, se tapan la nariz para soportar el pestilente hedor que desprenden unos cuerpos desaseados o en descomposición, sufriendo también la escena, la situación e incluso el contagio.
Esta obra fue pintada en una época en que los manicomios eran “agujeros en la superficie social, pequeños vertederos a los que se podía arrojar al psicótico sin el menor intento de descubrir, clasificar o tratar la naturaleza de su enfermedad”.
You must be logged in to post a comment.