última postal

Caí junto a él, junto a su cuerpo entregado
y tenso como una cadena recién ajustada,
tenía un disparo en la nuca. “Así acabaré”
me dije– “acostado e inmóvil,
como una flor que aguarda en medio de la muerte.”
Entonces una voz cercana me dijo desde arriba
florecerás de nuevo”,
mientras el barro y la sangre sellaban mis oídos

Autor: Miklós Radnóti

Fotografía: Un judío asesinado en Vinittsa, Ucrania, en 1941

Cuando el 26 de septiembre de 1941 el Ejército Alemán y las SS irrumpieron en Kiev, pocos imaginaban las masacres que se cometerían pocas horas después. La primera matanza se produjo al día siguiente. Fue cuando un comando se dirigió a una clínica psiquiátrica y ejecutó a sus 752 pacientes.

El 29 y el 30 de septiembre de ese año en el barranco de Babi Yar las SS y los soldados de la Wehrmacht asesinarían a 33.771 judíos en una sola operación. Una vez en el infame lugar, se les ordenó desnudarse y marchar: minutos después una ráfaga de ametralladora acabaría con sus vidas. Fueron 48 horas de sangre.

Los judíos de Kiev fueron obligados a desnudarse en lo más alto del barranco. Después serían ejecutados y sus cuerpos rodarían hasta el final, componiendo una de las fosas comunes más grandes de la historia.

La Solución Final se experimentó allí de manera brutal. Fue la antesala del laboratorio de exterminio nazi que durante cuatro años más enlutaría a Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

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