Prometheus bound (Thomas Cole, 1847)

11 Mai 2024

No te des por vencido, ni aún vencido; No te sientas esclavo, ni aún esclavo. Trémulo de pavor siéntete bravo. Y arremete feroz, ya malherido” (Almafuerte)

Prometheus Bound es una de las pinturas más grandes de Cole y, al igual que sus otras obras importantes de la década de 1840, no fue el resultado de un encargo. Se basa en la antigua tragedia griega Prometeo atado por Esquilo. En la pintura, Prometeo está encadenado a una roca en el monte Cáucaso en Escitia. Zeus lo ha castigado por dotar a los humanos de vida, conocimiento y específicamente por darles fuego. Cada día, un ave rapaz viene a alimentarse del hígado de Prometeo, que vuelve a crecer entre visitas, lo que hace que el castigo de Zeus sea aún más cruel.

Cole era un paisajista que a menudo empleaba alegorías en sus obras; la historia de Prometeo pertenece estrictamente al género de la pintura histórica. En Prometheus Bound, el paisaje es apropiadamente desolado; Por encima de Prometeo hay imponentes montañas nevadas y un cielo frío. La figura misma se funde con las rocas, una decisión consciente del artista que añade un elemento de sorpresa para el espectador cuando finalmente ve la figura; La sorpresa del espectador enfatiza la situación desesperada y desolada de Prometeo.Tras una inspección más detallada, se ve un buitre más abajo en la pintura, lanzándose en picado hacia Prometeo.

Los historiadores del arte han vinculado la esclavitud de Prometeo con el sentimiento abolicionista al revisar la presentación de la figura mítica en la literatura contemporánea.

Thomas Cole (1801-1848) fue un pintor estadounidense de origen británico, fundador de la Escuela de río Hudson. Cole tomaba apuntes al aire libre y luego elaboraba sus obras en el taller. Concebía el paisaje como un escenario de contenido simbólico, que expresaba ideas espirituales y filosóficas, en consonancia con el paisajismo de corte romántico que se practicaba por entonces en Europa. En su obra se percibe una concepción trinitaria: arte, religión y naturaleza forman un conjunto estructurado y armónico.

Para Cole el paisaje tenía un significado que iba más allá de la simple representación de la naturaleza, con un trasfondo moral y vinculado a la consideración del nuevo continente como la tierra prometida.

En los años finales de su vida Thomas Cole realizó una última serie de pinturas de temática religiosa conocida como La cruz y el mundo. En ella, este pionero paisajista considerado padre de la Escuela del río Hudson, muestra una naturaleza sublime que convierte en vehículo de su búsqueda de la salvación y el conocimiento espiritual.

Cruz al atardecer (1848), que no pertenece a la serie pero está muy vinculada a ella, presenta un imponente cruz en primer plano, a cuya izquierda y un poco alejado se yergue un campanario. Tras estas dos construcciones se extienden un valle y unas montañas que recortan el horizonte. La luz que emana el sol poniente, que se proyecta en forma de abanico, adquiere un carácter fantástico, y entra en diálogo con la cruz más próxima al espectador, que genera su propia luz. El dramatismo y teatralización son propios de la obra de Cole, que suele buscar un efecto moralizante. Por otro lado, el carácter inacabado de la pintura nos permite apreciar el dibujo subyacente y la preparación de color naranja que Cole aplicó en la franja inferior de la composición.