Sinopsis: Cuatro historias sobre la fortaleza moral y la pena de muerte que cuestionan hasta qué punto la libertad individual puede expresarse en un régimen despótico.
La vida de los demás (There Is No Evil) es un drama iraní escrito y dirigido por el cineasta Mohammad Rasoulof; director que actualmente se encuentra en prisión, por haber denunciado a través de sus películas las barbaries del sistema de su país. Esta película nos relata cuatro historias diferentes, que cuentan con un denominador común: el paradigma ético y moral de elegir entre la vida o la muerte. Una cinta que expone situaciones muy impactantes que se dan a nivel estatal en Irán, pero a las cuales el director también ha sabido encontrarles cierto halo de luz. Un film realizado sin ningún tipo de contemplación a la hora de hablar del sistema penitenciario iraní; pese a que el director, supiera que iba a ser perseguido por el poder factico de su país.
“El filme tiene un tema común: la pena de muerte y, a partir de aquí, distintas situaciones y vivencias sometidas a la tiranía de una dictadura política. Mohammad Rasoulof desborda ingenio, y sutilidad, en ese espléndido primer episodio en el que vemos el día a día de un individuo, filmado en plano-secuencia dentro del automóvil, viéndose con su madre, la relación con su esposa y la hija, las rutinas asumidas, hasta un final no por intuido menos brutal. Las otras tres historias varían de estilo y resultan más acomodadas tanto formal como argumentalmente.
En todo caso, ‘La vida de los demás’ vale la pena por esa media hora inicial. Quizá de ser el último de los episodios, el conjunto dejaría un mejor sabor de boca. Tal como está montada, al concluir la película toca recordar lo bien que empezó” (Quim Casas)
“Aquí ofrece cuatro historias independientes, no hay personajes que las conecten u otros artificios al uso. Lo que tienen en común es la temática de fondo, la pena de muerte, y el modo en que marca a los que están alrededor y de modo especial a los verdugos, sobre todo cuando no ejercen voluntariamente ese oficio, a veces puede tocar dentro de las tareas del servicio militar obligatorio, que se acompaña de alicientes como la concesión de permisos. También el factor sorpresa, hay elementos en las historias que no asoman inmediatamente, Rasoulof, director y guionista, se toma su tiempo en construir la situación, poner a los personajes en su contexto, para que nos vayamos haciendo cargo de cómo han llegado hasta ahí, y finalmente darnos algo más que completa la “foto”, y nos deja próximos a la estupefacción. Parte de su magia es que evita la sensación de darnos algo postizo, aquello se remata de modo completamente natural.
De modo que seguimos a un hombre, casado y con una hijita, en lo que parece una vida rutinaria y architípica, la normalidad más absoluta que incluye ir de compras, cobrar el sueldo mensual, ayudar a la madre de él, comer con la niña en un centro comercial… hasta que conocemos algo que forma parte de tanta rutina y que nos sobrecoge. La segunda historia nos muestra a un soldado haciendo la mili, y que debe participar en una ejecución, pero en el camino de llevar al reo a su destino se rebela, intentando la fuga. Luego tenemos a otro hombre hombre, que aprovecha un permiso para acudir a casa de la familia de la mujer que ama, con intención de celebrar su cumpleaños, sin saber que guardan luto por la muerte de alguien muy cercano. Finalmente, una jovencita que vive en Alemania y bastante occidentalizada, visita a su tío que vive en un lugar desértico en Irán a pesar de ser médico, marcado por un terrible secreto.
Las historias fluyen maravillosamente y conforman una sorprendente unidad, nadie diría que se han unido artificialmente para darles salida cinematográfica, sino que se han concebido como una obra que funciona, y aun a pesar de su larga duración, dos horas y media, se sigue con enorme interés. Los actores de cada episodio se muestran muy naturales” (José María Aresté)
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