mujeres de la vida (Solana, 1916)

31 Agost 2022

La obra, también conocida por los títulos de Las prostitutas y El portal de las chicas, representa a un grupo de cuatro meretrices que, acompañadas de la dueña, esperan a sus clientes en la calle. Los motivos de prostitutas y coristas fueron habituales en la pintura del artista, que frecuentó los burdeles de Madrid y Santander. Uno de los que había en esta última ciudad estaba en la calle del Arrabal, y Solana utilizó este término como sustantivo en alguno de sus títulos, como Mujer del arrabal o también en La casa del arrabal.

La composición de grandes figuras que forman un grupo compacto es habitual en el pintor. Aquí tiene un eco en las seis más pequeñas de hombres y mujeres reunidas en segundo término pero, mientras que éstas aparecen conversando, las del primer término tienen una apariencia estática. Como si se tratase de un retrato de familia, en el grupo se ven mujeres de diferentes edades. Desde la pintura barroca holandesa el motivo de las edades se asocia con la reflexión moral ante el paso del tiempo; en esta obra esto se hace más evidente pues la dirección de la cabeza de las dos más jóvenes es la misma que la de la vieja, como si esta última anunciara la futura transformación de aquéllas. La expresión de inocencia de la que exhibe los pechos y la actitud melancólica de la que está a su lado contrastan con la mirada vigilante y turbia de la celestina, que domina el grupo por su altura y cuya cara aparece deformada por cicatrices, que son como las aristas de un volumen anguloso. La figura de la derecha, que parece exhibirse abriendo su quimono, mira con expresión retadora. A pesar de sus ropas femeninas y de los pendientes de coral que lleva, parece realmente un hombre. Se ha supuesto que fuera un amigo de Solana con el que riñó y al que pintó así vestido a modo de venganza. Por otra parte, la figura se parece a un homosexual travestido.

Los tonos sombríos, desde los negros a los blancos sucios de la ropa interior de las mujeres, con su doble connotación de impudicia y de inocencia ajada, acentúan la miseria moral del ambiente representado. El fondo sobre el que aparecen las prostitutas (salvo, de modo parcial, la de la izquierda, que es la más joven) representa la pared de la casa que sirve de burdel. Como en otras obras del artista, la solidez y opacidad de ese muro están cargadas de significación. Aquí, la importancia de la pared es máxima, pues ocupa toda la altura del lienzo, carece de ventanas y no recibe la luz (que se ve en cambio a la izquierda de la composición). Su enorme peso óptico gravita de un modo ominoso sobre las figuras. Sólo a la derecha se abre una puerta de la que pende una colcha.

Más información en:

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2012/12/05/mujeres-de-la-vida-solana-1916/

Solana sentía simpatía y admiración por las mujeres más desfavorecidas de la sociedad. Visitaba con frecuencia los prostíbulos de la calle Ruamenor, del arrabal santanderino, donde se encontraba una de estas famosas casas de citas que inmortaliza en la pintura La casa del arrabal (1934), de la que llega a realizar hasta cinco versiones con el mismo título, y que aparece en su obra literaria, en capítulos como “Las mancebías” o “La calle de Ceres”

Tanto en sus escritos como en sus pinturas, Solana nos transporta a los ambientes sórdidos y miserables de los burdeles, donde las mujeres viven indiferentes su penosa vida. No son bellas, no son jóvenes, son simplemente anónimas “mujeres de la vida”. En sus cuerpos semidesnudos, en sus atuendos, incluso en esas medias de grandes rayas, podemos adivinar su profesión. En el centro de la composición, aparece la dueña de uno de estos prostíbulos, Claudia Alonso, mujer poco agraciada que también había llamado la atención de otros artistas como Francisco de Cossío o Moya del Pino, por su fuerte personalidad.

Solana utiliza los cuerpos y los atuendos, para imponer una rica y brillante paleta de rojos, verdes o azules, sirviéndose de los paños blancos para impregnar a toda la composición con una luz y una vida de la que carece la propia escena representada.

La difícil relación del pintor con lo femenino proviene de su propio mundo. Con una madre trastornada, enamorado y no correspondido, vivió siempre soltero en compañía de su hermano Manuel.


no poco

30 Agost 2022

No poco conseguí.
Lo perdí todo.

Autor: Antonio Martínez Sarrión

Ilustración: Laurits Andersen Ring, “En la casa vieja” (1919)


un anciano con su nieto (Domenico Ghirlandaio, 1490)

29 Agost 2022

El cuadro representa a un hombre anciano con una túnica roja, abrazando a un niño también vestido de rojo. Están sentados en un interior iluminado, que contrasta con una pared oscura al fondo. En la parte superior derecha de la tabla hay una ventana a través de la cual se observa un paisaje indeterminado, con un terreno irregular de caminos sinuosos que discurren tras una colina. Una montaña y una pequeña iglesia se levantan junto a un lago. La vegetación está iluminada con reflejos dorados, mientras que en la distancia las colinas más lejanas se pierden en la niebla, difuminadas en tonos azules.

La túnica y el chaperón ribeteados con piel de zorro del hombre, y el elegante jubón y el gorro del niño indican que los personajes pertenecían a la clase acomodada del siglo XV.

Una característica destacada de la pintura es la deformidad de la nariz del hombre; ​a pesar de su nariz deforme, sus cabellos grises y el lunar prominente, nada de ello daña la dignidad, sagacidad y sabiduría del anciano.


Eagle Head, Manchester, Massachusetts (Winslow Homer, 1870)

28 Agost 2022

Tres chicas escurren el agua de sus trajes de baño después de pegarse un chapuzón en la playa, al atardecer. La indumentaria de esa época no era precisamente cómoda, pero ya sabemos que estaba mal visto que las señoras enseñasen más carne de la cuenta, así que si te querías bañar, tenías que ir tapada de la cabeza a los pies. El perrito que las acompaña está histérico, a punto de soltar ladrido. Seguramente ha estado correteando nervioso por la orilla, de un lado a otro, mientras las chicas se bañaban, sin atreverse a meterse en el agua. La luz dorada de este cuadro de Winslow Homer es una maravilla, al igual que la forma que tenía de representar el agua del mar, una de sus especialidades. La ola que está rompiendo, vista de cerca, es una masa de pinceladas verdosas y blancas, pero cuando nos alejamos se convierte en agua limpia y transparente.


pozo número 17

27 Agost 2022

Había equilibrio
en la empresa de mi padre
antes del 61.

Había la armonía
que solo la naturaleza
sabe dar.

En la paz agreste
se insinuó amenazante
el pozo nº 17.

Los técnicos aseguraron:
el pozo es conforme a la ley
y sus escapes,
inocuos,
son necesarios para las tuberías.

Ciento sesenta fueron
las víctimas de la manada
inmoladas por los escapes inocuos.

A mi padre no le quedó nada.
Despojado y empobrecido
se debatía en la búsqueda de un porqué.

Mi madre contó los cadáveres
sin confiar en indemnizaciones:
el pozo era conforme a la ley.

Desde entonces
cada escape
es un grito de muerte.

Autor: Giovanni Di Lena

Ilustraciones de Vela Zanetti y Mariano Moré


les fumées (Pierre Paulus, 1930)

26 Agost 2022

Pierre Paulus de Chatelet (1881-1959) es un pintor expresionista belga conocido como “Barón Pierre Paulus de Châtelet”. Cultivará una verdadera pasión por la belleza de su paisaje natal, el valle de Sambre y por los temas de los paisajes industriales y la vida laboral. Pintará minas de carbón, fábricas, mineros, metalúrgicos, escorias, altos hornos, que participan de esta atmósfera tan especial de los valles industriales.

A través de la representación de estos paisajes industriales en diferentes momentos del día y en diferentes estaciones, el artista da testimonio del contexto en el que vivían cotidianamente los habitantes de estos valles industriales. También revela el panorama de la industria en ese momento, a través del espeso humo, las imponentes formas oscuras que forman las fábricas y las chimeneas a orillas del Sambre, etc.


bañistas en Moritzburg (Kirchner, 1910)

25 Agost 2022

Los bañistas se han utilizado en innumerables ocasiones a lo largo de la historia del arte europeo y fueron particularmente comunes durante el movimiento impresionista, con ejemplos famosos que incluyen múltiples escenas de Renoir, así como de Cezanne, Gerome y Manet. La combinación de impresionantes modelos combinados con el placer de pasar el tiempo libre juntos los convierte en una representación interesante e inspiradora de la sociedad de siglos anteriores. En la mayoría de los casos, los bañistas se colocan dentro y alrededor de un lago local, con algo de follaje que los protege de las miradas indiscretas. Por lo general, se utilizarían mujeres, pero se pueden encontrar hombres en algunos de los retratos de Cezanne.

El cuadro de Kirchner Bañistas en Moritzburg (1910), se inspiró en su propio tiempo libre pasado en las cercanías de Dresde durante varios veranos. El artista optó por llenar su escena con una gran cantidad de modelos, dejando poco espacio para representar el entorno circundante. 

Lo primero que sorprende de esta obra de arte son los colores exagerados que ha utilizado en esta pintura. Tenemos el contraste de la carne amarillo-naranja de las bañistas con el azul del agua. Estos contrastes sirven para enfatizar la desnudez de las figuras.

Es un cuadro lleno de energía, con actividad enérgica en todas partes.

Los tres modelos de Tres bañistas (1913) tienen un estilo similar al del arte africano tradicional y esta influencia se puede ver en todo el movimiento Die Brücke, del cual Kirchner fue uno de los principales contribuyentes. Las formas son alargadas y los detalles se reducen al mínimo. Se paran en medio de fuertes olas y hay un pájaro adicional que vuela por encima. El artista retomó el tema de los bañistas en muchas ocasiones y generalmente presentaba tres figuras, aunque a veces más. 

La xilografía en color Bañistas arrojando cañas (1909), muestra desnudos moviéndose libremente en la naturaleza. El uso de formas simples con contornos claros y una paleta reducida recuerdan a muchos tipos de arte africano y esto fue la inspiración para muchos europeos que estaban involucrados en lo que algunos han denominado como el movimiento de arte primitivo.


saludaré al sol una vez más

24 Agost 2022

Saludaré al sol una vez más,
al río que en mi corre,
a las nubes que eran mis pensamientos,
al crecer doloroso de los árboles del jardín
que cruzaban conmigo
las estaciones secas del tiempo;
a la bandada de pájaros que me obsequia
con el dulce aroma de las sierras nocturnas;
a mi madre, que vive en el espejo
y se parece a mi vejez;
a la tierra cuyo excitado seno
llenaba de semillas verdes
mi deseo de repetirme.

Vendré, vendré, vendré…
con mi cabello; que es la continuación del olor de la tierra;
con mis ojos: que son la intensa experiencia de la oscuridad;
con las flores que he recogido en los jardines del otro lado del muro.

Vendré, vendré, vendré…
y la entrada se llena de amor
y, yo, en el umbral,
a quienes aman,
y a la muchacha que aún está aquí,en el umbral rebosante de amor,
saludaré otra vez.

Autor: Forugh Farrojzad

Ilustración: Emile Claus, “El viejo jardinero” (1886)

Émile Claus pintó a un anciano en El viejo jardinero entrando en una casa desde su jardín. Está agarrando una maceta con una flor y se ha quitado los zuecos de trabajo antes de cruzar la puerta del jardín iluminado por el sol. Incluso hay un eco distante de la entrada en forma de puerta, por encima de su hombro, que atrae al espectador aún más profundamente en la pintura y en el mundo más allá.


la poesía es un arma cargada de futuro

23 Agost 2022

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.

Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

Autor: Gabriel Celaya

Ilustraciones de Agustín Ibarrola

Paco Ibáñez:

Soledad Bravo:

María Basarte:


la noche

22 Agost 2022

He llegado al embarcadero de la noche,
desnuda y con hambre de luz.
         Ya nada podrá detenerme.

Autor: Marta Navarro

Ilustración: Munch, “mujer joven a la orilla del mar” (1896)

Edvard Munch utilizó por primera vez esta figura de una mujer solitaria parada en la costa en una pintura de 1891-92 conocida como The Lonely Ones. Aunque esta pintura temprana se ha perdido, la importancia del tema fue tal que lo revisó a lo largo de su vida, tanto en forma pintada como impresa. En estas versiones la mujer va acompañada de la figura de un hombre, que se sitúa apartado y ligeramente por detrás de ella. La distancia física entre las dos figuras y su lenguaje corporal pensativo sugieren amantes que han discutido y este es el frágil momento en el que se efectúa la reconciliación o se pierde el amor. La tensa visión de Munch sobre la relación entre los géneros tiene un paralelo en el entorno aislado en el que coloca a sus amantes; las interacciones infinitas e inquietas entre la marea y la costa son una poderosa metáfora de su necesidad mutua y su incompatibilidad aún más profunda.

Young Girl on the Beach es una meditación más suave sobre la soledad. El hombre se retira de la escena y nuestra mirada se posa únicamente en la frágil figura de la niña, perdida en un ensueño que mira hacia el mar. Mientras que The Lonely Ones evoca la experiencia muy particular del aislamiento en las relaciones humanas, Young Girl on the Beach es más enigmática. De espaldas a nosotros, parece tranquila y serena, su vestido blanco brilla bajo la pálida luz, su cabello ondea suavemente con la brisa de la tarde. La ausencia de cualquier horizonte visible enfatiza la enormidad del mundo natural que la rodea, aumentando nuestro sentido de su fragilidad y de la precariedad de la vida.