Pintura singular y emblemática del modernismo catalán, representa al propio Ramon Casas y a Pere Romeu, barman de la famosa cervecería Els Quatre Gats, que pedalean en un tándem con la silueta de Barcelona al fondo. La tela decoraba la mencionada cervecería, que se convirtió en lugar de encuentro de los artistas e intelectuales que habían impulsado el movimiento, así como los de la generación más joven, como Picasso, Mir o Nonell.
La finalidad decorativa de esta pintura, su tono humorístico y el estilo acerca «El tándem» a la técnica del cartel, género en el que Ramon Casas había adquirido un gran prestigio. La obra intenta imitar los carteles publicitarios de la época, haciendo uso de una ironía propia del pop-art recordando a otros de Toulouse-Lautrec.
Esta pintura decoró las paredes de Els Quatre Gats, centro de reunión de los modernistas catalanes regentado por Pere Romeu, desde su inauguración en 1897 hasta 1900. La obra estaba en la pared principal.
Un par de años después, Casas haría otra versión más moderna, con los mismos personajes, pero esta vez en un moderno automóvil.
La modernidad y refinados gustos burgueses de Ramón Casas se manifiestan en esta pasión por el ciclismo y por el automovilismo.
En “El descanso de los ciclistas” (1886) la imagen es bucólica.
En el retrato “Ramón Casas velocipedista” (1889) Santiago Rusiñol pinta a su amigo vestido de ciclista; ambos compartían una afición por las bicicletas.
Resulta muy moderno que la bicicleta, que comparte protagonismo junto al retratado, aparezca fragmentada como si fuera una instantánea fotográfica.
La obra fue muy criticada por mostrar un ambiente descuidado, un muro resquebrajado, naranjas caídas por el suelo, vegetación abandonada…
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