la nula tristeza

2 Juny 2023

Ya que conozco el uso
de una letra apocada por la muerte,
y el enturbiar el tiempo de una vida
con el miedo a morir,

vuelvo a escuchar un pájaro en la fuente,
cómo convierte el aire en voz pequeña
y se va de la fuente y vuela y vive.

Autor: Álvaro García


amanecer con lluvia

30 Mai 2023

Bueno es saber sin saber que se sabe.
Saber es la riqueza de lo que no se tiene.
Amo este día gris. Es un hueso de aire
que roe el aire.
Llueve como una letanía.
¿Qué me dice esta lluvia?
Llueve, extiendo las manos
con las palmas hacia arriba.
Recojo vida en ellas. Llueve.
¿Tiene sombra la nieve?
¿Y el granizo y la lluvia?
¿Tiene sombra cada pétalo
de la orquídea?
¿Y el perfil delicado del filo de una estrella?
Como un estribillo interminable llueve 
Y esta agua constriñe la esponja de mi corazón.

Autor: Ángel Guinda

Ilustración: Van Gogh, “trigal bajo la lluvia” (1889)


ninguna razón

29 Mai 2023

Todo lo que conservamos fue
protegido con la muerte de otros,
saqueado tras la muerte de otros,
heredado a la muerte de otros,
obtenido de la muerte de otros.
No hay ninguna razón para guardarlo.

Autor: Olalla Castro

Ilustración: Dalí, “nacimiento del nuevo mundo” (1942)


antepasada

26 Mai 2023

Antes de saber
que mi nombre no era
mío
que viviría
lejos de la casa de mis padres
que morirían
el romero y la lavanda
de mi propio hogar
que tendría que volver
a sembrarlos

antes de saber
que las cosas cambian
que mi hermana dejaría de hablarme
que todo
de a poco
se acepta

antes de ti
y de lo bello
y lo bueno
y lo inevitable,

estuve parada
ante la vida

vulnerable.

Autor: Ana Jimena Sánchez

Fotografía de Marta Bevacqua

Fuente original: https://restoselva.blogspot.com/2020/11/antepasada.html


toque de ánimas

24 Mai 2023

Cae la tarde
sobre el paisaje que soñé.
Soy la sombra del sendero.

Cae la tarde
sobre el trigo espigado
y un mar de sombrías nubes
solivianta la cosecha.

Entre el ocre uniforme
una amapola roja
-en mitad de la era-
silvestre e insumisa
como la vida que viví.

Mi morada es una iglesia
abatida por la historia
y la voz del campanario
-lúgubre tenaz tañido-
mi séquito sempiterno
cuando terca cae la tarde.

Autor: Javier Sole

Ilustración: Van Gogh, “antigua torre entre campos” (1884)

Una campesina con su distintiva gorra blanca se encuentra en un campo de trigo bañado por la luz de la luna. Los cálidos amarillos y marrones del trigo y la sólida y solemne torre y el follaje al borde del campo contrastan con el azul profundo y el gris del cielo luminoso. La pintura encarna el concepto del paisaje como vehículo de sensaciones y sentimientos, factor que continuaría desarrollando durante el resto de su carrera, culminando en los paisajes que crearía media década más tarde en el sur de Francia.


el sumpul (Carlos Cañas, 1984)

23 Mai 2023

Mi hermana mi hermana
¿Dónde está mi hermana?
Busco en vano
No puedo verla.

De pronto como una bala como un fogonazo.
Su mirada ante el horror.
Su piel blanca y su adolescencia.
Su manera de bailar a solas y cantar.
Su cabellera al sol.
Todo se desvanece.
Sus 18 años en un solo instante como un destello.
Como una metralleta sonando en mi memoria.

Algunas veces el camino me conduce
hasta el whisky de los filibusteros.
De golpe una explosión.
Una bala en la madrugada.
Un grito ante el espanto.”

(Carlos Ernesto García, poema “Ausencia”)

Este cuadro es una de las pinturas históricas más importantes de El Salvador contemporáneo y pone en evidencia el horror sufrido por la sociedad salvadoreña ante la masacre, a manos de militares salvadoreños y en colaboración con el ejército hondureño, de más de 300 ancianos, mujeres y niños cuando éstos trataron de huir a Honduras cruzando el río Sumpul el 12 de junio de 1980. El cuadro se pintó en tiempos de la dictadura militar, cuando la Junta militar aún estaba encubriendo este crimen de guerra (cuyos detalles no salieron a la luz hasta después de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992).

Lo primero que se ve es una montaña de cuerpos. Cuerpos inertes. Muertos. Hay una mujer con el rostro iluminado y sereno, una pareja de amantes, un perro, un niño con un juguete de cartón y ancianos. Hay penumbra. Hay dolor. Hay tragedia. Hay esperanza y amor.

En “El Sumpul”, realizado por Carlos Cañas en 1984, el eje compositivo que el artista utilizó es la diagonal. La presencia destacable es la de la muerte que interrumpió la existencia de campesinos en uno de tantos hechos sangrientos del conflicto armado. La masa caótica nos habla de lo indiscriminado de esta masacre.

Niño con juguete. Según explicó Cañas, en la escena aparece un niño que tiene un hilo en el dedo y unos juguetes de cartón. Para los entrevistados, el niño desnudo representa la inocencia destruida. Cerca del niño aparecen los decapitados.

El perro. Una figura un tanto oculta pero presente es el perro, que, según Cañas, nunca abandona a los campesinos.

Las flores. Aunque suelen ser confundidas con frutos como las granadas, usuales en las pinturas de Carlos Cañas, en “Sumpul” aparecen flores, según expuso su creador. Estos elementos adoptan una serie de significados; pueden ser una señal de optimismo, como un renacer, sobre todo por la que es sostenida por la mujer. Pero simbolizar también la sangre derrmada.

La mujer iluminada. El personaje principal de la obra es la mujer, la madre. Según Cañas, ella representa el Sumpul. Una de las características particulares, según apuntó Galicia, es el halo que presenta. “Una luminosidad que parece no provenir del cielo, sino de ella”, aseguró. Para Molina, esto puede significar esperanza y trascendencia, sobre todo porque la mujer tiene una cara serena y no doliente. Palomo va aún más allá y señala las similitudes en la pose de la mujer con la de Jesús, en La Piedad, de Miguel Ángel.

Más información sobre la Masacre del Sumpul en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_del_Sumpul

Más información sobre Carlos Ernesto García en:

https://www.youtube.com/watch?v=4VVcaU_eZUc


ic sunt dracones

22 Mai 2023

Cuando el mundo era plano
en los mapas se cartografiaba el fin
y, más allá del agua donde todo acababa,
se dibujaban monstruos y dragones,
serpientes marinas, sirenas, centauros,
peces con diez ojos y pulpos con cabeza de titán.

Como si todo lo que asusta
no pudiera tocarse alargando los dedos.
Como si todo lo que asusta
no estuviese ya aquí.

Autor: Olalla Castro

Ilustración: Graffitti en el barrio del Carmen (Valencia)


última visita

21 Mai 2023

Con su elegante mano sobre el bolso
la casi casi viuda convence al médico de que ha llegado la hora
que ella no puede hacer más
su figura arqueada sobre la mesa se arrastra gasta él
como un ofidio
las escamas
brillantes
…dejar la medicación” alcanzó a oír “…mi familia agotada”

Mi protesta es en vano, ella sin mirarme se dirige
a los ojos del neurólogo fijos en el escritorio

En un rincón alejado
la niña que llora en silencio
sus lágrimas el cuerpo alto moreno frío animal
de la habla y decide
mientras el cuarto da vueltas
en un vértigo infinito

Con unos ojos distintos
miro la escalera
enfrente un pasillo a la izquierda una salita
hay allí un hombre solo con una cabeza ladeada
los ojos aletean por la habitación sin rumbo
como polillas atraídas por reflectores enfrentados
un buen chico esperando su muerte
las manos apoyadas una sobre otra
las alas mutiladas de ángel caído
te acercas y agarras sus tobillos
tiras de los dos esquejes abandonados
sin decir palabra
ese ser
frágil frágil frágil
y amenazado
se gira hacia ti
mi padre.

Autor: Rosa Lentini

Ilustración: Borja Bruces, “Mi madre y mi hermano en una tarde de domingo” (2015)

El óleo de Borja Buces fue pintado mientras la familia esperaba la muerte del padre, enfermo terminal.

Aparecen en el salín familiar, sentados en un sofá, Paloma, la madre del artista, y Jaime, el hermano mayor. La pieza contiene una profunda carga emocional porque la familia cuidaba del padre, José Antonio, enfermo de una dolencia debilitante y terminal de la que murió unas semanas después.

Los protagonistas del cuadro parecen disolverse en el fondo de la tela, impresión que el pintor buscó con intención: “Muestro cómo nuestro encuentro semanal de los domingos desaparece lentamente”.

También son meditadas la ausencia de la figura paterna y el escenario del salón familiar. “En nuestra sala de estar pasamos juntos muchas noches y era el mejor lugar para capturar la desaparición de mi padre”, declaró el artista.


el crimen del castillo: La visita del fraile e Interior de una prisión (Goya, 1810-1812) 

20 Mai 2023

El cuadro alude a un hecho contemporáneo a Goya conocido como el crimen de Castillo que conmocionó a la comunidad de Madrid. María Vicenta mendieta, de 32 años, era la esposa de Francisco de Castillo, un acomodado comerciante madrileño. Peleada con su esposo, se enamoró de su primo menor Santiago San Juan, de 24 años. Juntos, conspiraron y decidieron matar a su marido. La noche del 9 de diciembre de 1797 Francisco de Castillo se acostó temprano debido a una infección en la boca. María Vicenta le dio a beber un “suero”, y luego a las siete y cuarto dejó entrar a su primo enmascarado en la alcoba. Santiago San Juan asesinó a de Castillo con once puñaladas. Cuando se descubrió el crimen, María Vicenta y su amante fueron encarcelados, juzgados y condenados a muerte. La madre de María Vicenta suplicó en vano al rey la gracia para su hija, mencionando su condición de noble y hasta sugiriendo locura.

​El cuadro representa el momento antes del asesinato. María Vicenta está elegantemente vestida, sentada en una silla con dos sirvientas a sus pies. Es visitada por un amante vestido de monje barbudo. Solo se puede ver el perfil de una figura encapuchada e inmóvil con un hábito marrón, parada ominosamente en la entrada. La mujer señala con la mano el lugar donde se encuentra Francisco del Castillo. El pintor enfatiza el gesto de la mujer de incitar al crimen. El segundo hombre encapuchado que está afuera puede ser el hermano de Santiago. ​

La luz, que entra por unos grandes ventanales, ilumina a los protagonistas, quedando en penumbra la figura del marido tumbado en un lecho. Es precisamente esa luz la que revela el rostro de la mujer, que mira al asesino con una mezcla de complicidad y súplica, y la mano que probablemente señala a su propio marido en el interior de la habitación.

Este lienzo continúa la narración que se inicia en La visita del fraile. María Vicenta Mendieta, después de ser sometida a juicio por ayudar a su amante en el asesinato de su marido, es encarcelada y posteriormente ejecutada. Nadie se apiadó de las súplicas de su madre que pedía una mayor flexibilidad en la pena por la condición de mujer de la asesina. La cárcel en que fue confinada María Vicenta Mendieta se destinaba a aquellos presos que habían cometido los crímenes más atroces, lugares en los que éstos permanecían completamente incomunicados, habitaciones llenas de insectos y sin un lecho en que dormir.

La mujer está sentada y acompañada por sus criadas. Está envuelta en un manto que oculta sus manos y pies. Es visitada por dos sirvientas que leen nerviosamente una carta a la luz de una vela. Con esta carta María Vicenta pretendía avisar a su amado, que aún estaba prófugo. Quizás fue la anciana sentada detrás de ella quien introdujo un papel y lápiz en la celda. Según las actas del juicio, la carta fue interceptada y contribuyó a la identificación y condena del asesino. Otra condenada se sienta en el lado izquierdo, mirando la luz de la farola que cuelga sobre ellas. El único punto de luz que existe en esta habitación es el farolillo que cuelga del techo y que ilumina escasamente la escena. Esta oscuridad y la debilidad del foco de luz podrían aludir a las pocas esperanzas que existían para la condenada a muerte.


mirall

19 Mai 2023

No el miro: em mira.
Si provo d’ignorar-lo
ell m’imposa tenaç, la meva imatge,
que copso de reüll.

Llavors cal que m’hi enfronti
obertament.
Identifico d’una en una les arrugues,
valoro l’opacitat dels ulls,
quantifico flaccideses, rictus, sécs,
i avaluo, imparcial,
la visió devastada.
He viscut. I he plorat.
Accepto, finalment,
el rostre que el mirall em certifica.

De vegades, també, si estic de sort
i acluco un xic els ulls,
veig la seva ombra al meu darrera
que em besa, de bursada.

Autor: Carmen Guasch

Ilustración: Christian Krohg, “Toilet” (1900)

ESPEJO

No lo miro: me mira.
Si intento ignorarlo
él me impone, tenaz, mi imagen,
que capto de reojo.

Entonces es necesario que me enfrente
abiertamente.
Identifico una a una las arrugas,
valoro la opacidad de los ojos,
cuantifico flacideces, rictus, marcas,
y evalúo, imparcial,
la visión devastada.
He vivido. Y he llorado.
Acepto, finalmente,
el rostro que el espejo me certifica.

A veces, también, si estoy de suerte
y cierro un poco los ojos,
veo su sombra detrás de mí
que me besa, sin rodeos.

Autor: Carmen Guasch

Ilustración: Solana, “Desnudo del Espejo” (1933)


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