Los amantes (E. Friant, 1888)

28 febrer 2015

Friant - Los amantes (1888)

“por muchos documentales y revistas de naturaleza que veo,
por mucha música clásica que escucho,
por muchos poemas que admiro,
no encuentro nada más bello que tú.”

(Agustín Sánchez Antequera, poema “Tú”

Fuente original: http://www.ventarron.blogspot.com.es/2008/01/t.html)

Esta pintura se conoce también con el título de “Romance bajo el puente” o “Tarde de otoño”.

En ella el pintor Émile Friant elige uno de sus paseos y lugares de favoritos, el Grands Moulins de Nancy.

El espectador contempla la escena detrás de la joven pareja, observamos los perfiles, uno frente al otro ensimismados en una conversación, él está fumando, se observa el río con un puente de piedra y casas en la distancia. El se sitúa casi en el centro de la composición, el busto ligeramente inclinado hacia la chica, sosteniendo el cigarrillo sin quitarle la vista a ella. La chica se inclina de la misma manera, la mejilla derecha presiona ligeramente en la mano izquierda, mientras contempla al joven.

Transmiten atracción y ensimismamiento, aunque está exento de cursilería, más bien mantienen un gesto muy natural y atractivo a la vez.  Es una escena cotidiana de un realismo exquisito, evitando el cliché académico.


Poema XVIII de Tierra de Invierno

27 febrer 2015

XVIII

Mircea Suciu - Building fences (2012)
Desde la ventana veo al hombre que recoge cartones.
Náufrago entre cuerdas deshilachadas.

Ha usado tanto los deseos,
que sus pupilas viejas ya no pueden soñar.

Viste un traje húmedo,
deformado por la curvatura de mil espaldas,
con los bolsillos hinchados con monedas sucias y pobres.

Veo al hombre de los cartones
y la carga pesada de una barba crecida.

Terminará el día frente a la chimenea,
junto a la sartén aceitosa.
Mirará sus manos ennegrecidas de lluvia.
Esperará paciente la hora de la muerte y el sueño.

La chaqueta rallada de los días infelices
viste una percha de clavo.

En su fondo más descosido,
asoma el infortunio del hombre solitario.

Autor: Elías Gorostiaga

Ilustración de Mircea Suciu


las cuatro de la madrugada

26 febrer 2015

Klimt - Muerte y vida (1916)
Aúlla el primer perro, y enseguida
hay un eco en un patio, otros resuenan
a la vez en un único ladrido,
bronco y sin ritmo alguno.
Ladran, con sus hocicos hacia el cielo.
¿De dónde venís, perros? ¿Qué mañana
evocan los ladridos de la noche?
Oigo como ladráis al sueño de mi hija
desde el jergón, rodeados de excrementos
con los que señaláis un territorio
de callejones, patios, descampados.
Tal como vengo haciendo
con mis poemas, desde donde aúllo
y marco el territorio de la muerte.

Autor: Joan Margarit

Ilustración: Klimt, “Muerte y vida” (1916)

En este cuadro se representa a la Muerte como una figura esquelética dominada por colores fríos (azules) ataviada con un manto y un cetro y con una sonrisa lúgubre, testimonio de su inexorable triunfo sobre la vida.

La vida y la muerte será una de las temáticas favoritas de Klimt que se extenderá a los miembros del expresionismo. Algunos especialistas relacionan el auge de este asunto con la percepción de la vejez por parte del artista, al tiempo que ve más cerca la muerte.

En la zona de la derecha encontramos un grupo de personas amontonadas -en relación con las imágenes de las facultades pintadas años atrás- encabezadas por el abrazo protector de la madre al hijo mientras que en la parte baja del grupo contemplamos un nuevo abrazo, ahora el de un hombre a una mujer, eliminando toda referencia erótica para mostrarnos “el amor como refugio y consuelo”.

En la zona de la izquierda podemos contemplar a la amenazante figura de la muerte, envuelta en un oscuro sudario decorado con cruces y dirigiendo su expresiva mirada hacia el grupo de la humanidad, grupo que parece no hacer caso a la amenaza que se le viene encima, como si continuaran en su moderna danza, relacionándose así con la tradicional danza macabra de los muertos.


engañados

25 febrer 2015

Michael Fitzpatrick - 03
Mis padres no han sabido

la clase de hija que tenían,
mi marido ignoraba
de qué se alimentaba su mujer,
mis hijos desconocen
qué raquítica madre les ha tocado en suerte.
Cumplí perfectamente el cometido
de engañarnos a todos.

Autor: Inma Luna

Ilustración de Michael Fitzpatrick


utopías

24 febrer 2015

2014 (09) Video Laia 13 hold on
La imaginación sirve para moverse.

Abro los ojos
y quiero llorar.
Los cierro.
Ahí estás.
Bailo.
Y, así, al menos,
sigo el ritmo.

Autor: Ari Garrido

Fuente original: http://prismesdevidre.blogspot.com.es/2013/12/utopias.html


veo que la tarde calla

23 febrer 2015

Andre Dluhos - 01
Veo que la tarde calla
en la imposibilidad de rascacielos
que buscan permanencia
en la mirada de todos los que corren
por calles que la sombra oculta.

Alguien camina
por la tarde que negó los colores
y se hace desierto en cada esquina.

Alguien camina
mientras transcurre lívido el silencio
y ya no hay puerta alguna
para acoger al caminante.

Autor: Maria Cinta Montagut

Fuente original:

http://lapieldelosdias.blogspot.com.es/2015/02/veo-que-la-tarde-calla-en-la.html


épica minúscula

22 febrer 2015

Agim Sulaj - Capitalism
En la historia
hay una vileza
que se repite
año tras año
día a día
durante siglos.

Es la épica minúscula
de quienes
sobreviven
con la certeza
de que nada cambiará.

esclavos en la Roma de Augusto
campesinos y siervos en los castillos feudales
incluso juglares y trovadores en las cortes medievales
indígenas en las minas de Potosí
parias en la India
tejedores en los telares de Manchester
negros en los campos de algodón de Louisiana
granjeros de Oklahoma en California
españoles en la vendimia francesa
niños en las minas de diamante de Sierra Leona
jornaleros andaluces en los cortijos
liquidadores en la central de Chernobyl
incluso falsos autónomos y socios cooperativistas
inmigrantes hacinados en la huerta de Almería
talleres infantiles en Bangladesh
restsveks de Haití, dagongmei de China
vendedores ambulantes en las playas de Marbella
incluso los suicidas de cuello blanco en impolutas corporaciones.

talleres clandestinos en todo el mundo
desempleados en el sur de Europa.

Es la épica minúscula
de ejércitos vencidos
de antemano,
solos desnutridos abandonados,
siervos de la globalización,
nietos de los esclavos del Faraón.

La misma tosca historia
repetida
tantas veces
que parece
una costumbre
en lugar de
una ignominia.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Agim Sulaj, “Capitalism”

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)


Descanso en la huida a Egipto (J. Patinir, 1524)

21 febrer 2015

Patinir - Descanso en la huida a Egipto (1524)

La pintura representa un momento de reposo en la huida a Egipto de la Sagrada Familia para salvarse de la matanza de los inocentes decretada por Herodes. La Huida es uno de los episodios de la vida de Jesús más conocido popularmente y uno de los más frecuentes en la pintura de Patinir

En un espacio abierto e iluminado, dentro de un camino elevado y bordeado por árboles, la Virgen María descansa sentada cerca de una fuente abierta en la roca con su Hijo sobre su pierna derecha que sujeta una fruta con sus manos, mientras que la Madre sostiene otra con su mano derecha, posiblemente una manzana o naranja, pues ambas aludían al árbol del conocimiento y, con ello, al Niño como futuro redentor del pecado original, mientras que detrás San José coge frutos de un árbol. Junto a María y el niño Jesús hay en el suelo un bastón con dos hatillos y una cesta de mimbre. Delante de la fuente crecen dos lirios, uno de los atributos marianos símbolo de pureza e inocencia, frecuente en la pintura de los primitivos holandeses, en vez de la azucena, y también alusión redundante al segundo (la Huida) de los Siete Dolores de la Virgen. Alejado de la Sagrada Familia pace un burro ensillado. Más lejos vemos, a nuestra izquierda, un edificio detrás de un estanque con dos cisnes, por delante del cual cruza un jinete; un molino, campos, árboles, un río y varias líneas de montañas que se recortan a contraluz. A la izquierda del grupo central, en un nivel inferior al camino, discurre un riachuelo, que viene en zigzag desde el fondo, sobre el que hay un sencillo puentecillo que conduce a un sendero. Más distantes y a más altura se abren unos prados y más lejos aún se ve una granja, delante de unas montañas rocosas y abruptas con un castillo sobre una de ellas. Además de estos elementos que se ven a primera vista, encontramos otros en la lejanía, una casa diminuta cerca del río y un camino serpenteante en la ribera opuesta; incluso se pueden apreciar detalles, como las ventanas del castillo, hechos con toques muy pequeños de pincel.

La gran sensación de profundidad que transmite esta pintura se debe a la cuidada distribución de los elementos de la composición y al empleo magnífico de la luz. La gran masa de árboles del centro acerca al contemplador esta parte del paisaje, lo mismo que el árbol fino; mientras que las montañas con el castillo lo alejan, al situarlos por encima de la línea de horizonte, que en esta tabla es más baja de lo que se acostumbraba en este tipo de obras; el vacío con el río es donde la profundidad es mayor. Mirando con atención puede observarse que el empequeñecimiento de los elementos es menor de lo que debería ser atendiendo a una perspectiva rigurosa. Así ocurre con los árboles de la derecha y con las casas, especialmente con la granja.

Patinir - Descanso en la huida a Egipto (1524) detalleLa iluminación es desigual, en parte natural y en parte artificial. Al tratarse del ocaso, la luz más intensa, la natural procedente del sol que acaba de ocultarse, se sitúa en el fondo, por lo que la Madre y su Hijo deberían estar en una zona oscura, mientras que, al contrario, están iluminados en exceso. La razón es que constituyen el motivo principal de la tabla, lo que se reafirma al situarlos en el centro de la composición (la cabeza de María coincide con la línea vertical imaginaria que divide la pintura en dos mitades) y por ser el lugar en el que acaba deteniéndose más tiempo la mirada del observador, cuyo recorrido, tras la primera visión de conjunto, iría rápidamente a la gran luz blanca de la izquierda, seguiría el río hasta llegar al grupo central y desde él, primero hacia los prados verdes de la derecha y después a las montañas y al castillo. Este recorrido de la visión no responde sólo a la forma de mirar de la cultura occidental, sino que está relacionado con la división del conjunto en tres partes. La de la izquierda podría ser el lugar de procedencia de los viajeros; el central, el de mayor tamaño, es el del descanso, y el de la derecha el lugar al que se dirigirán, una zona boscosa y, por consiguiente, potencialmente peligrosa, según el pensamiento de la época sobre la naturaleza no habitada; lo que es, por tanto, un procedimiento narrativo.

Patinir es considerado el padre del paisaje por el extraordinario protagonismo que le otorga en sus cuadros. Pero la representación de la naturaleza no es un tema autónomo, sino que está supeditado a la religiosidad.

Los cuadros de Patinir se caracterizan por el uso progresivo de los colores, que sirven para acentuar la sensación de distancia en los grandes espacios que pinta. Así, en la parte inferior de los cuadros, donde se encuentra el primer plano, predominan el marrón y el pardo. Según se va alejando el paisaje se va imponiendo el color verde y, en las zonas más lejanas, es el color azul el que predomina. La línea del horizonte suele estar situada en la zona más alta del cuadro, lo que permite la representación de un espacio muy amplio. Por encima de esta línea suele pintar parte del cielo con un blanco brillante que hace intuir que el espacio prosigue detrás y que sugiere la curvatura de la Tierra.


dolça i freda

20 febrer 2015

dimitria

No és pas viure
allò que m’interessa.
Sinó l’abella
atrapada en resina,
amb tot el seu dolor.

Autor: Helena Bonals i Barberà

Fuente original: http://encadaversquehasentes.blogspot.com/2014/12/dolca-i-freda.html


la butxaca màgica

19 febrer 2015

2010 PRL 002
El pare recull a les filles,
l’ Esther i la Laia,
cada tarda al sortir de l’escola.

A la porta de ferro hi ha un cuc
i a dins un pati de sorra
on juguem tot al dia.

El pare amaga a la butxaca
unes titelles,
la gallina Caponata,
que dona dolços i parla tota l’estona
fins arribar a casa,
tots ben feliços.

Han passat molts anys,
l’escola ha mudat a un altre lloc,
i ara ja avi
està molt cansat i mut
per explicar-li contes
a la filla imaginària de la Laia.

Autor: Javier Solé

Del libro “Bombyx mori” (ISBN 978-84-9095-196-5)