La noche del 23 de diciembre de 1888 Gauguin y Van Gogh tuvieron una fuerte discusión. Su tensa relación, iniciada en octubre, alcanzó el culmen cuando Vincent amenazó a Paul con un cuchillo. Gauguin decidió abandonar la Casa amarilla y alojarse en un hotel con intención de regresar a París. Vincent, convencido de su culpabilidad y para solucionar el conflicto, decidió arrancarse el lóbulo de la oreja y enviárselo a su amigo en señal de arrepentimiento. Gauguin abandonó definitivamente Arles y Vincent fue internado en un hospital local. Esta obra debió realizarse al poco tiempo de marcharse Gauguin; comparada con su compañera -la Silla de Gauguin- muestra la diferencia entre ambos artistas.
Esta es la silla que representa al propio Van Gogh, sencilla y austera, como era él, y pintada de su color favorito, el amarillo, que simbolizaba el sol y la vida. Es exactamente igual que las sillas que podemos ver en su dormitorio, en el famoso cuadro “La habitación de Van Gogh en Arlés” (del que hay tres versiones, todas muy similares). Sobre el asiento de paja hay un pañuelo de tabaco y una pipa (fumar era uno de sus grandes placeres). La estancia es también muy sobria, con el suelo de cerámica rojizo, una caja con cebollas al fondo y una puerta.
Para su silla Vincent escogió un colorido luminoso y delicado, centrado en tres tonos, el anaranjado de las baldosas del pavimento, el amarillo de la silla y el turquesa de las paredes.
La silla está pintada a plena luz del día, igual que casi toda obra pictórica. Trabajaba siempre del natural, es decir, copiando los modelos o paisajes que tenía delante de los ojos, interpretándolos a su aire, pero sin utilizar apenas su imaginación. Los colores de sus obras son intensos porque están llevados al extremo, pero suelen ser fieles a la realidad.
En este óleo, Van Gogh utiliza diferentes perspectivas para pintar el suelo y la silla. Esto produce una sensación de inestabilidad que probablemente sea reflejo de la relación complicada entre estos dos artistas, que se admiraban mutuamente pero que en el fondo, no se podían soportar.
Per publicar un comentari heu de iniciar sessió.