“Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mi es la soledad infinita”
(Albert Camus)
“Sentí miedo, como joven que era. Cuando se va avanzando en el frente, y se está en el infierno del fuego de la artillería, uno se caga en los pantalones, aunque ahora dé risa decirlo.”
“Piojos, ratas, alambradas, chinches, granadas, bombas, cuevas, cadáveres, sangre, aguardiente, ratones, gatos, gases, cañones, suciedad, balas, morteros, fuego, acero, eso es la guerra. ¡Una obra del diablo!”
(Otto Dix)
Junto a Goya y Picasso, el alemán Otto Dix (1891–1969) fue uno de los artistas que nos deslumbró con su visión plástica de la guerra. Dix fue llamado para servir en la artillería y hundido en las trincheras de la I Guerra Mundial retrató con crudeza lo que ahí se cruzaba frente a sus ojos. El Dix,. con todos los honres y todas los horrores el “pintor de guerra”.
Otto Dix nació en Turingia en 1891. A los 15 años de edad se inscribió en el ejército como voluntario y se le destinó a un regimiento de artillería en Dresde. En otoño de 1915 pasó al frente occidental y participó en la batalla de Somme. Durante los enfrentamientos fue herido en varias ocasiones. Dos años después su unidad fue traslada al frente oriental y permaneció ahí hasta que terminaron las hostilidades con Rusia. Por sus destacados méritos en el frente ganó la cruz de hierro y alcanzó el rango de sargento.
No obstante su juvenil y genuino sentimiento patriótico, Dix resultó especialmente afectado por su experiencia en la guerra. Más tarde afirmó que su peor pesadilla era arrastrarse por las casas destruidas entre cadáveres mutilados y el hedor a putrefacción. Una serie de dibujos dio cuenta de este periodo traumático en su vida: representó soldados con máscaras antigases que asemejaban una nueva especie humana, monstruosa, criaturas de guerra, seres deformes que van mutando sus rostros y sus extremidades por máscaras y rifles.
Durante la República de Weimar estudió en la Academia de Artes de Dresde y su obra la dedicó a denunciar a la socialdemocracia, considerándola escoria humana producida por la guerra. Entre sus pinturas de esa época destacan Muchachas ante el espejo y A la belleza, realizadas en 1922. Por abordar en ellas el tema de la prostitución femenina, por exhibir la degradación social y las funestas consecuencias de la guerra entre los soldados sobrevivientes, fue denunciado y se desató un proceso en su contra que duró más de un año. A partir de entonces Dix fue considerado un trasgresor, un pintor prohibido, un apestado, a quien años más tarde el Tercer Reich encarceló por expresar su oposición a Hitler.
En su Tríptico La Guerra (1932) trabajó muchos años con el objetivo de resumir su vivencia en el combate y de presentarla en forma objetiva. Con ella culmina sus atormentados recuerdos vividos en el frente.
La escena del retablo izquierdo muestra un pelotón de soldados sin rostro, en su mayoría, que emergen de la niebla y marchan lejos del espectador. Solo a dos de ellos vemos de perfil que se miran a los ojos. Los combatientes se desvanecen en un banco de nubes al fondo del cuadro, avanzando hacia el infortunio, al campo de batalla. La niebla simboliza lo incierto.
En el cuadro derecho observamos un herido que es sacado, por su colega, de una batalla campal llena de cadáveres. Es una zona deformada por cráteres de bombas que aún arde en llamas. El lesionado es llevado con fuerza obstinada, casi a rastras, por el propio pintor que nos contempla con cara deshumanizada.
El panel central del tríptico expone el resultado de la refriega: En un cráter, provocado por el impacto directo de un explosivo que lo pulveriza todo. Hay un hombre crucificado que pende de un árbol, prácticamente un esqueleto. El lugar está infestado de cadáveres, mutilados y heridos.
´
En el tercer panel, destrozado, un soldado busca sobrevivientes.
A continuación, en el último panel, donde en la simbología habitual de estas composiciones religiosas figuraba el cuerpo inerte de Cristo descansa una figura uniformada.
Para más información:
http://unfollowmagazine.com/2013/01/la-guerra-de-dix/
Además del Tríptico analizado, los dos grabados son: “Soldado moribundo” (1916) y “Muertos delante de la posición de Tahure” (1924).
You must be logged in to post a comment.