Bajo el cielo de París no muere en mi memoria el penúltimo café con dos amigos en Les Deux Magots, el trapicheo con un buquinista en el Sena, la acuarela inacabada de una musa desnuda de Montmatre, la lluvia dulce por el tragaluz de la buhardilla, una oda de ocres en el Bois de Boulogne, los silencios en el cementerio de Montparnasse, la mecanografía de un manuscrito apócrifo.
Bajo el cielo de París la nieve en los tejados desvanece el tizne de la pena. Todo petrificado de gozo. La vida fue un regalo, bajo el cielo de París.
Autor: Javier Solé
Del libro de poemas “En el umbral del eclipse” (ISBN 978-84-1398-333-2)
Fotografía: Jean Pierre Yves Petit, “Un boquinista en Notre Dame, París” (1931)
Ilustración: Caillebotte, “Tejados en la nieve” (1878)
Los tejados de París, son un motivo frecuente en la pintura, el cine y otras artes, a menudo utilizados como símbolo de la ciudad.
Desde 1876, Caillebotte tiende a hundirse en la melancolía tras una serie de fallecimientos en la familia. En 1878, Caillebotte acababa de perder a su madre después de la muerte de su hermano René (1876) y su padre el día de Navidad de 1874. Por otra parte, convencido de que su fin estaba cerca (moriría en 1894, a los 45 años), escribió su testamento en 1876.
Caillebotte expresa la tristeza de su alma en este paisaje de tejados cubiertos de nieve. Para resaltar aún más el efecto de la opresión y pesadez, en lo alto del horizonte, sugiere un cielo oscuro reducido a una banda gris. A continuación, la maraña de tejados no permite aún anunciar la primavera. Unos meses más tarde, Caillebotte dejaría de pintar. A pesar de que todavía realizaría algunas pinturas, esta obra es de alguna manera, su canto del cisne.
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