un camino boscoso en otoño (Hans Anderson Brendekilde, 1902)

30 Novembre 2022

Es otoño en un paseo junto a un río. Una mujer, vestida de negro salvo por una pluma de avestruz roja en su sombrero y sus guantes blancos, se sienta en un banco rústico. Su cabeza está girada para mirar fijamente a dos hombres que ahora se alejan en la distancia a lo largo del camino.

Los hombres deben haber pasado junto a la mujer hace unos minutos, y hay evidencia de su paso en las hojas caídas. ¿Quiénes eran y qué relación tienen con la mujer?

La temporada de otoño aparece a menudo en la pintura de Brendekilde. Disfrutó representando esta colorida época del año. Un momento en que las hojas normalmente verdes de muchos árboles y arbustos de hoja caduca se vuelven lentamente a varios tonos de rojo, amarillo, morado, negro, naranja, rosa, magenta, azul y marrón, durante unas pocas semanas en la temporada de otoño, antes de que caigan a el terreno.

Ilustración: Hans Andersen Brendekilde, “Paisaje con un perro esperando en un camino rural”


rostros

29 Novembre 2022

“Nunca los daré por muertos”

(Juan Gelman)

Algunos jóvenes siguen desaparecidos.

Desaparecidos?

Secuestrados.
Torturados.
Asesinados.
Hechos desaparecer.

Ni ocultos, ni escondidos, ni ausentes.

Raptados, retenidos.
Martirizados,atormentados.
Ejecutados, exterminados.

Desvanecidos que resplandecen.

Autor: Javier Solé

Fotografía: Víctor Basterra, imágenes captadas durante su cautiverio en la ESMA de varios de los desaparecidos. En esta fotografía Graciela Estela Alberti.

Graciela Estela Alberti nació 17 de mayo de 1953 en la ciudad de Buenos Aires. Era “Mimi” para sus sobrinos. Gustaba de tomar café, fumar y escuchar al grupo de rock “Almendra”. Cuando tenía 21 años, el 14 de julio de 1974, se casó con Santiago Ulises Murphy.  (ver su registro). Arquitecta, tenía un carácter muy dulce y exquisita sensibilidad artística. Militante en Juventud Peronista y luego montonera con el grado de teniente (“Negra” / “Raquel”) en Zona Oeste. Secuestrada-desaparecida por la última dictadura militar el 17 de marzo de 1980 en la costa atlántica, junto a su nueva pareja Ricardo “Lalo” Soria. Tenía 26 años. Vista en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta su “traslado” definitivo.

Víctor Melchor Basterra estuvo secuestrado más de cuatro años, desde mediados de 1979 hasta el final del régimen militar, aunque siguió siendo vigilado y controlado hasta agosto de 1984, ya en pleno período democrático. Había sido obrero gráfico y militante del Peronismo de Base. Tras su secuestro -junto a su esposa y su primer hija recién nacida- fue torturado durante alrededor de 20 horas, teniendo dos paros cardíacos. Con el tiempo fue obligado a falsificar documentación (pasaportes, cédulas, permisos de armas) para oficiales y gente allegada a la Armada.

Un día comenzó a hacer una copia extra de las fotos y de los documentos que le pedían, y las fue escondiendo dentro de una caja de papel fotosensible. Había descubierto que, cada vez que requisaban el lugar, no abrían esas cajas por temor a velar e inutilizar el papel fotográfico, y estaba decidido a cumplir el mandato de sus compañeros de cautiverio por el cual si alguien sobrevivía tenía que hacer algo para que todo eso no quede impune y el mundo sepa qué es lo que ahí había ocurrido.

Cuando comenzó a tener permisos de salida, a pesar de que era revisado por los guardias, un día decidió sacar una foto escondida entre los testículos y el pene. Luego se animó a ir sacando varias pegadas en las costillas o en las piernas con cinta adhesiva. Cuando llegaba a la casa las escondía en un hueco en una pared, y se lo comentó a una compañera que ya había sido liberada por si en algún momento era “trasladado”.

En el Juicio a las Juntas Militares brindó el testimonio más contundente y largo del juicio. Duró 5 horas 40 minutos y brindó todo el material fotográfico y documentación que pudo ir sacando de la ESMA. En agosto de 1984 presentó una querella criminal contra los oficiales que lo mantuvieron privado de su libertad.


bailarina

28 Novembre 2022

Saltó desde mi ojo a la ventana
desnuda está en la acera mojada a la intemperie
bajo una luna extraña.
De pronto ya no baila
me sigue el rastro ajeno taciturno
la ira del zapato sobre el lomo.
Salta la bailarina
me recorre la espalda
habla de Irlanda en mis hombros y no entiendo
la hago saltar a punta de pistola
dolor para gritar malas palabras
y no aguantar ni un poco
y no tener piedad.
Gritar para que salte disparar
y ver su cuerpecito llevado por el aire
danzando a contraluz.

Autor: Odette Alonso

Fotografías de Aitor Arana Arruti


mujer alimentando a sus hijos (Millet, 1870)

27 Novembre 2022

La becquée (Mujer alimentando a sus hijos) (1870) es una pintura ingeniosa y divertida, pero muy alejada de su obra anterior.  Una madre se sienta en un diminuto taburete y alimenta a sus tres hijas pequeñas con un cuenco que acuna sobre su rodilla. Mientras se ofrece la comida a la niña del medio en una cuchara de madera, la niña abre la boca como un pollito en el nido de un pájaro. 

Frente a la casa, una mujer, probablemente la madre de la familia, alimenta a tres niños pequeños. Los pequeños se instalan sabiamente en el umbral, y esperan a que llegue su turno. Están calzados con zuecos de madera, un delantal azul cubre un vestido más largo, todos usan una pequeña gorra.
El hijo del medio adelanta la cabeza para tragar la comida que se le presenta. a él con una cuchara grande de madera. Su gesto recuerda al del pajarito que pide el esperado pico y que dio nombre al cuadro. Su gorro rojo ribeteado con una cinta dorada forma una mancha de color sobre un lienzo de colores apagados. La niña de su izquierda le sujeta la mano y el hombro con un gesto tierno. Su mirada acompaña su gesto. Al otro lado, la más alta sostiene una muñeca en sus brazos.

La madre, vestida con sencillez, tiene el rostro en penumbra. Concentrada en su actividad actual, suponemos que sonríe. Sostiene firmemente en su regazo el plato que ha preparado.

Las gallinas vienen a animar el conjunto. Un hombre que trabaja en el campo, cavando detrás de la casa, se deja descubrir siguiendo la línea formada por las cabezas de los demás personajes.

Obviamente, la familia sigue siendo parte de los pobres rurales, pero el mensaje social ahora está enterrado en su humor y sentimentalismo amables. Es una escena tranquila, llena de dulzura. 

El dibujo preparatorio, conservado en el Louvre, permite descubrir la obra del pintor antes de que empiece a tocar su lienzo, y darse cuenta de la evolución entre los estudios y la obra final.

Algunas de sus descripciones de la vida en el campo también se estaban volviendo preocupantemente sentimentales.

El Ramo de margaritas (1865) es una imagen engañosamente simple: un gran jarrón de margaritas blancas con el centro amarillo en el alféizar de una ventana. Un rostro se asoma a través de las flores con una expresión bastante traviesa y cómplice. 


una vieja novela

26 Novembre 2022

Leía
hasta despuntar el alba
las novelas de Pearl S. Buck
-Viento del este, viento del oeste-.

El legado y la rutina
al final de la página.
La achicoria en el puchero.
Papá en el pluriempleo.

Aprendí a ser
el tigre de Malasia,
Miguel Strogoff, el Capitán Nemo,
Colmillo blanco,
cualquiera de los cinco o de los siete.

Leía
en las tardes de invierno
las novelas de Pearl S. Buck
Viento del este, viento del oeste-.

Leche con miel para la tos.
Mesa camilla en el centro.
Nuestros pies en el brasero.
Juntos hasta el ocaso.

En las páginas
de la vieja novela
que leo en el hospital
Viento del este, viento del oeste-

busco a mi madre

y la encuentro.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Antonio Fabres, “Home llegint” (1906)


madre indigente muerta sosteniendo a su hijo dormido en invierno (Octave Tassaert, 1845)

25 Novembre 2022

Octave Tassaert, uno de los principales artistas de Francia de mediados del siglo XIX, era conocido por sus pinturas de trabajadores oprimidos, madres indigentes, suicidios y niños abandonados.

En esta pintura, un tema reiterado en su producción, una madre pobre que expira a la intemperie abrazada a su bebé. Ella está apoyada en una pila de palos, una actividad común entre los pobres de recolectar y vender pequeños trozos de madera para quemar en chimeneas o estufas.

Nicolas Francois Octave Tasseart, sus obras además de denunciar la injusticia social haciendo causa común con los pobres, los infelices, madres y niños moribundos o enfermos y abandonados, fue beligerante con la hipocresía burguesa de la época. Esto le causó muchos problemas con la crítica y el público lo que le obligó a vivir de los retrato,el grabado. El suicidio repentino, su adicción al alcohol y la perdida casi completa de la vista fueron las causas por las que abandonara el arte para dedicarse a la literatura.

Rechazaba el elitismo del mundo del arte y se mantuvo alejado de él; incómodo y poco valorado por la crítica de la época, posiblemente muy avanzado a su tiempo, sentía el peso de no ser comprendido, sentimiento de vacío que le acompañó hasta el final. Enfermo y alcoholizado, terminó suicidándose.

Denuncia en sus pinturas la injusticia social con crudo realismo: aparecen familias tristes, niños moribundos en las calles, harapientos huérfanos, mujeres desgraciadas, frío, suciedad, hambre y pobreza. Destapa también algunos tabúes de la sociedad: penes erectos, desnudos impúdicos, sexo anal entre hombres, la masturbación femenina, la mujer que usa preservativo y protege su sexualidad…

Una Venus se retuerce de placer. Flota, liberada en el cielo. Está siendo «devorada» por tres figuras andróginas. Bien podrían ser ángeles asexuados, dándole un placer místico a la diosa. No le queda una terminación nerviosa sin espolear a esta mujer.

La figura central de “La femme damnee” (1859) es una mujer besada por tres orificios: la boca, el pecho y la vulva. Desde una mirada heterosexual se podría creer que quienes la besan son hombres, pero es una imagen llena de ambigüedad y está abierta a diversas interpretaciones. Algunos críticos consideran que no son hombres los que la besan, si no mujeres, lo que, de ser así, representaría la visibilización del acto lésbico, algo muy escandaloso para la época de Tassaert.

Estos seres están de espaldas, lo que impide conocer el género al que pertenecen; de cualquier modo, esto no es lo verdaderamente relevante, si no lo que inspira la imagen, que no es otra cosa que amor carnal y éxtasis místico. En un sentido espiritual, representaría el placer celestial insuflado por bellos ángeles, seres asexuados, andróginos.

La obra de Tassaert siempre fue incómoda para aquellos ojos burgueses de la Francia de mediados del siglo XIX. Quizás por ello su carrera no acabó de despegar y, ninguneado, acabó dejando el mundo del arte, tan lleno de embaucadores, farsantes y trepadores, para morir alcoholizado y enfermo tras un trágico suicidio en su casa de París.


llévame a ti, Venecia

24 Novembre 2022

Sin amiga y sin libro, errante en las orillas
que mustia el sol y acaricia la luna,
Venecia, yo he de ser como una dogaresa
poseída por el sueño de tus canales lúgubres.

Tú, que sabes cuán fuertes pueden ser las tristezas
–porque su voluntad triunfa sobre el instinto
y poseen un rostro distinto que lastima–,
arrástrame, Venecia, a tu honda agua marchita.

Y cuenta a esos amantes vulgares del futuro
que ya les he juzgado y que yo los desprecio.
Oh tú, la solitaria, la altanera Venecia,
diles que nos burlamos de su humana alegría.

Desdeñémosles: son una turba insensata.
Ellos no saboream el exquisito tedio
de estar solos en medio de los hombres: a ellos
un desorden carnal les mató el pensamiento.

Diles, oh tú que flotas en las aguas
Fúnebre como yo, fría y oscura,
diles tú con mi voz de sombra y ya sin eco:
sólo es bella la muerte en tus hondos canales.

Autor: Renée Vivien

Ilustración: Paul Signac, “Grand Canal (Venice)” (1905)

 


otoño (Hans Andersen Brendekilde, 1908)

23 Novembre 2022

Obra fascinante y evocadora es esta pintura al óleo de 1908, Otoño. Es una combinación de un paisaje y una pintura de estilo realista sombrío en la que vemos a una anciana de pie junto a una tumba abierta en un cementerio. Es un día oscuro de otoño y vemos las hojas de los árboles cercanos por todas partes. Sopla un vendaval que está arrancando las hojas de los árboles que se inclinan por la ferocidad del viento. En el medio del terreno se puede ver la iglesia y la hierba verde del cementerio. Dos cruces negras han volado y yacen abandonadas contra un montículo. Algunas tumbas parecen haber sido cuidadas mientras que otras parecen abandonadas. La anciana por su edad y la fuerza del viento se inclina y se agarra el vestido mientras se aferra a su bastón. Ella mira en el agujero excavado en el suelo. La pregunta que plantea la artista es cuáles son sus pensamientos. ¿Ha perdido a un ser querido que será enterrado en esta parcela o está contemplando su propio final de vida? ¿Podría esto incluso llamarse una pintura de vanitas? Uno de los placeres de mirar una pintura es tratar de decidir por nosotros mismos lo que vemos en una representación y averiguar qué estaba tratando de transmitir el artista.


los paraguas (Renoir, 1885)

22 Novembre 2022

En Los paraguas representa una escena de ciudad en el momento que empieza a llover con múltiples personajes, casi todos con paraguas, menos la mujer que aparece en primer plano y dos niñas pequeñas en la parte derecha del cuadro. La composición juega con formas circulares y semicirculares (cesto, paraguas o aro) y predomina el color azulado. El tratamiento geométrico de los paraguas podría estar influido por la obra de Cézanne, aunque la forma de representación humana es muy propia de Renoir, marcada por la suavidad, calidez y la idea de felicidad de los personajes que contrasta con el ambiente grisáceo del día de lluvia. 

Parece ser que los historiadores del arte plantean la posibilidad de que el lienzo de Los paraguas fuese pintado en dos etapas diferentes, la primera de ellas entre los años 1881 o 1882, con una factura plenamente impresionista, a ésta época pertenecerían la dama que mira hacia abajo y sus dos hijas que la acompañan. A una segunda etapa menos clasicista y pintada entre 1883 y 1886 se correspondería la muchacha de la cesta realizada con una factura más tradicional.

En la pintura de Renoir se aprecia el aislamiento de la nueva sociedad, los personajes pese a aparecer tan juntos no se relacionan unos con los otros ni establecen ningún tipo de diálogo. Quizás lo más llamativo sea la forma en la que la joven de la cesta y la niña más pequeña –la cual ignora a su madre- miran directamente al espectador involucrándonos en el lienzo.

Esta obra pertenece a un periodo de transición de Renoir, donde agotado por el impresionismo busca un nuevo estilo, el japonismo, que hacía furor en los medios parisinos de la época


fui a los bosques

21 Novembre 2022

Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido.

Autor: Henry David Thoreau

Ilustración: Winslow Homer, “The Adirondack Guide” (1892)

Winslow Homer produjo una serie de retratos en el año 1892 en acuarela de su guía, Rufus Wallace. Estos fueron titulados simplemente como, El Guía de Adirondack.

Esta serie de pinturas nos trae la belleza atemporal del paisaje estadounidense, de una manera similar a como trabajarían los artistas de la Escuela del Río Hudson.

En ésta presenta al guía de espaldas a nosotros, ligeramente girado hacia un lado. Parece estar remando hacia atrás y vigila su progreso mientras el artista captura cuidadosamente la escena. El lago se representa como una serie de reflejos. El agua está en calma, lo que permite al anciano viajar a través de ella en un bote de remos relativamente pequeño y simple.