la doncella de la muerte

28 febrer 2017

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Una doncella rubia se enamora
De un caballero que parece la muerte.
La doncella lo llama por teléfono
Pero él no se da por aludido.
Andan por unos cerros
Llenos de lagartijas de colores.
La doncella sonríe
Pero la calavera no ve nada.
Llegan a una cabaña de madera,
La doncella se tiende en un sofá
La calavera mira de reojo.
La doncella le ofrece una manzana
Pero la calavera la rechaza,
Hace como que lee una revista.
La doncella rolliza
Toma una flor que hay en un florero
Y se la arroja a boca de jarro.
Todavía la muerte no responde.
Viendo que nada le da resultado
La doncella terrible
Quema todas sus naves de una vez:
Se desnuda delante del espejo,
Pero la muerte sigue imperturbable.
Ella sigue moviendo las caderas
Hasta que el caballero la posee.

Autor: Nicanor Parra

Ilustración: Paul Delvaux, “La conversación” (1944)

El origen de esta temática que combina sexo y muerte parece estar relacionado con el mito de Hades y Perséfone (Plutón y Proserpina en Roma); el dios Hades rapta a la bella Perséfone y se la lleva a la morada de los muertos para convertirla en su esposa.

siegfried-zademack-death-and-the-maidenA partir del Renacimiento, el tema empieza a aparecer en el formato que conocemos: una jovencita desnuda y de buen ver está siendo cortejada por un esqueleto que simboliza la muerte. Es probable que esta iconografía tan peculiar sea una variante de las parejas danzarinas de esqueleto y humano que formaban la danza macabra.

La lectura moral del tema es bastante evidente: no importa la belleza o juventud que poseas pues al final, como todo mortal, será tu belleza y juventud sofocada por la Muerte. Pero a diferencia de otros temas iconográficos relacionados con la fugacidad de la vida y los placeres mundanos (Vanitas), éste tiene un componente erótico adicional que subraya el oscuro nexo entre el sexo y la muerte.

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Ilustraciones: Siegfried Zademack, Rachel Bess, Sally Fama Cochrane, “Death and the Maiden”.


no mires hacia atrás

27 febrer 2017

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Al mirar tu reflejo
en el retrovisor
has visto que
estás
tan viejo
tan calvo
tan cansando
tan callado
que si no haces
un minúsculo esfuerzo
no volverás a volar,
los neumáticos de los autos
sepultarán todos tus sueños
también
tu legítima tristeza bastarda.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “La casa del silencio” (ISBN 978-84-9095-522-2)


a mis perros

26 febrer 2017

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Suerte que tengo mala memoria
y olvido los agravios.
Suerte que tengo tan poco que perdonar,
suerte que he podido olvidar
que un día estuve tan triste
que me quise morir de pena
y suerte que entonces
saltaste sobre mis piernas
te acomodaste en ellas
y me ofreciste tu lomo
para que notara en él el latido de la vida.

Autor Begoña Abad

Ilustración: Briton Riviere, “fidelidad” (1869)


no hi ets

25 febrer 2017

Christian Schloe - 07
No hi ets.
Obro els ulls i veig
aquell mateix retall de cel
avui d’un blau intens
i transparent.
Penso en tu,
i et sé present en mi
en cada gest, en cada
paraula.
Lentament, sense
adonar-me’n, aquest
sentir-te tan a prop
fa que se’m fongui
la tristesa.

Autor: Montserrat Abelló

Ilustración de Christian Schloe


te seguiré queriendo

24 febrer 2017

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A Laia Solé.

“La poesía sólo conoce un valor humano a cuyo servicio se rinde, que es el amor”

(Joan Margarit)

No necesitas venir a ver
los platos que cocino cada mediodía
ni si ronco cuando duermo por las noches.

Te seguiré queriendo.

No necesitas venir a comprobar
si está presente tu recuerdo,
con el miedo a descubrir
que te olvidado.

Te seguiré queriendo.

Ven, si quieres,
para que te lea los poemas tristes que escribo
para calmar el desasosiego que nos embarga
para que sepas a ciencia cierta
que no te he olvidado,
que te sigo queriendo.

Que nunca he dejado un solo instante de quererte.

Autor: Javier Solé

Ilustración de Christian Schloe

Del libro de poemas “La casa del silencio” (ISBN 978-84-9095-522-2)


no de este modo

23 febrer 2017

Laura Makabresku - 19

No será desde luego
hundiendo el tenedor
en el corazón de las golondrinas
como nos alimentaremos de libertad.

Autor: Julia Otxoa

Fotografía de Laura Makabresku


poética

22 febrer 2017

vilhelm-hammershoi-the-tall-windows-1913
Si el poema es bello, lo tiro.
Si es suave, lo tiro. Si es amable, complaciente, hermoso, lo tiro. Si es agradable, bonito, sonoro, femenino, lo tiro. Si habla de amor, lo tiro. Si habla de ti, lo tiro. Si es normal, lo tiro. Si es como tú, lo tiro. Si dudo, lo tiro. Si me relaja, lo tiro. Si gusta, desconfío. Si puede leerlo mi madre sin morir de frío, lo tiro. Si hace llorar, lo tiro. Si no habla de ti, de todos, de cada uno de nosotros, lo tiro. Si se parece a esto, probablemente lo tiro.
Si soy la misma que antes de escribirlo, lo tiro.
Si rima, lo tiro. Si miente, lo tiro. Si no hay ritmo, lo tiro. Si es bonito, lo quemo, y luego lo tiro. Si menciona la palabra emoción, lo tiro. Si no la evoca, lo tiro.
Si lo encuentro, y lo había olvidado, lo tiro también. Si no está mal, lo tiro. Si no puedo imaginarlo gritado, lo tiro.
Si no puede leerse en silencio, lo tiro. Si se entiende, lo tiro. Si es fácil, lo tiro. Si no se entiende, lo tiro. Si llega al corazón, no reconoceré haberlo escrito.
Si gana, lo tiro. Si pierde, lo tiro. Si es terapéutico, es mentira; al infierno con ello.
Si cura, lo tiro. Si podría no haberlo escrito, lo tiro. Si no sangra, lo tiro. Si no duele, lo tiro. Si no produce placer, lo tiro.
Si el poema es tibio, sobre todo si es tibio, lo tiro.
Si al escribirlo,
el leopardo hambriento aparece, y abre las fauces –el destello de luz en su estómago–, y ese rugido hace temblar el deseo de callarme: no lo tiro.
Solo quiero agarrar del cuello a ese animal, mirarlo a los ojos,
y decirle
que soy yo la que decide
aquí
quién come primero.
Lo que queda, si queda, es el poema.

Autor: Tulia Guisado

Ilustración: Vilhelm Hammershoi, “The Tall Windows” (1913)


explicación de la derrota

21 febrer 2017

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Se sentó ante las líneas enemigas
en una mecedora, sorteaba
los disparos, sonriendo: la primera
bala le había alcanzado mortalmente.
Se seguirá meciendo
hasta dejar sin munición a todos.

Autor: Aníbal Núñez

Ilustración de kelly vivanco


soledad entretenida

20 febrer 2017

andrey-korotich-at-home-2010
Por supuesto que es posible
pegarse un tiro,
volverse loco,
olvidar de golpe al ser amado.
Arrancarse el alma,
vivir muerto,
follar por follar,
beber con asco.

Es posible todo y no hay límites.
Descojonarse de risa en un entierro.
Criticar a la familia en un bautizo.
Casarse porque el chico es muy muy majo.

Es posible que la vena pida a gritos
otro pinchazo más,
otro milagro.
Es posible meterse a puta un día
para comprarle al hijo unos zapatos.
Es posible matar en circunstancias…
asfixiarse en un beso,
rezar acariciando el cuerpo amado.

Es posible todo y no hay límites.

Lo imposible es que haya gente que aún merienda
su mentira de pan con miermelada,
su leche calentita y sus dos valium.

Autor: Belén Reyes

Fotografía de Andrey Korotich, ”At home” (2010)


gent a la platja

19 febrer 2017

autumnal landscape on a beach with sea views

La dona aparca el cotxe a un carrer vora la sorra.
Baixa i, a poc a poc, treu i desplega
la cadira de rodes. Després, agafa el noi,
l’asseu i li col·loca bé les cames.
S’aparta uns quants cabells que li van a la cara,
i, sentint com li oneja la faldilla,
va empenyent la cadira cap al mar.
Entra a la platja pels taulons de fusta,
però els taulons s’aturen a uns quants metres de l’aigua.
A prop, el socorrista mira el mar.
La dona aixeca el noi: l’agafa
per sota els braços i, d’esquena a l’aigua,
camina arrossegant-lo mentre els peus
van deixant dos solcs tristos en la sorra.
L’ha dut fins a on arriben les onades,
l’ha deixat a la sorra i torna enrere
a buscar el para-sol i la cadira.
Els últims metres. Sempre falten
els maleïts, terribles últims metres.
Són aquests els que et trencaran el cor.
No hi ha amor en la sorra. Ni en el sol.
Ni en els taulons de fusta, ni en els ulls
del socorrista, ni en el mar. L’amor
són aquests últims metres. La seva soledat.

Autor: Joan Margarit