joven decadente (Ramón Casas, 1899)

30 Setembre 2017

ramon-casas-joven-decadente-1899
Nada más concluir con cansancio una larga noche de baile, agotada pero aún con fuerzas para mantener un precioso rostro expresivo, una joven se deja caer despreocupada sobre el sofá. No cierra los ojos. Sigue pensando, distraída, quizá en el contenido de un cuaderno que sostiene lánguidamente con su mano derecha apoyada en enormes cojines.

Su título original es “Joven Decadente” también es conocido como “Después del baile” y en algunas fuentes aparece como “Joven decadente después del Baile”.

La imagen es en realidad una batalla incruenta entre dos colores. El negro del vestido largo produce la doble impresión de una tela almidonada, pero la caída del chal de la bella mujer es casi la propia de una transparente seda al viento. Es casi un tratado pictórico sobre el uso del brillo y del mate, recursos lumínicos idóneos para la pintura de atuendos. Y el verde del sofá aterciopelado. La conjunción del negro apagado y elegante con el verde luminoso y vibrante queda contrastada levemente por el amarillo del cuaderno que sostiene la joven en la mano.

El concepto de mundano queda expuesto tanto en el retrato psicológico de la mujer como los detalles; los zapatos con hebilla plateada aún sin quitar. Está joven descansa sin desvestirse, simplemente se deja caer en el sofá.

En este cuadro, es interesante de observar la postura y la actitud de su protagonista para meditar sobre lo que el artista ha querido expresar y transmitirnos. Aquí Ramón Casas nos da un testimonio de la evolución de la mujer en la sociedad. Porque lo que sobre todo cambia en esta época es que una joven puede salir en el mundo y la joven del cuadro aparece muy moderna, libre. Además, no parece preocuparse de las convenciones (si miramos su postura) y lee un libro mientras que entonces, la lectura estaba considerada casi como una afición peligrosa que podía influir en las mujeres y darles malas ideas. Para realizar su obra, sabemos que Ramón Casas tomó como modelo a Madeleine Boisguillaume, una joven francesa, y es probable que se inspiró de la libertad de las señoritas en París. Así que es una pintura bastante audaz y no es para nada que siempre está considerada como una de las más representativas del talento de Casas al retratar lo mundano.


metonimia

29 Setembre 2017


La veo acercarse
y la luz de la tarde
inflama la silueta de arena bajo las dunas;
el movimiento del tiempo bajo el vestido.
La nombro
y la visión del nombre
enfebrece las estrías del aire;
atrae mis labios y ellos,
los labios,
con un temblor de mariposa,
se posan sobre los humedales
que especula el deseo.
Pero, yo sigo aquí,
convertido en mirada viéndola venir:
sin ojos, sin boca, sin cuerpo:
un instante que mira.

Autor: Antonio Tello

Ilustración: Chavannes, “loca al borde del mar” (1857)


juventud

28 Setembre 2017


Pequeña prostituta.

Pájaros carnívoros
Eyaculan sobre tus alas

Y sin embargo vuelas.

Autor: Luna Miguel

Fotografía de Laura Makabresku


this is hardcore

27 Setembre 2017


El cuarentón agrega a chicas con hermosas
fotos de perfil en facebook, chicas que tienen
la mitad de la edad que él, y que sonríen a la cámara
sentadas entre la hierba. Son chicas que leen
a Paul Eluard y con las que él hablará de poesía
los sábados por la noche, cuando no salga
al bar de siempre, y ella haya discutido
una vez más con su novio, un idiota estudiante
de cuarto de alguna ingeniería.
Y subraya versos de Anne Sexton, hurdiendo
en su cabeza nuevos poemas, que formarán parte
de su próximo libro que será publicado
por cualquier desconocida editorial de provincias
y leído por sus padres y por los amigos de siempre,
y la ya clásica reseña en el periódico local,
Springsteen decía algo sobre los perdedores,
y sobre que ellos son el motor que mueve el mundo,
puede que sea así, yo no lo sé, yo sé muy pocas cosas.

Autor: Ismael Cabezas

Ilustración de Shaun Ferguson


tren de cercanías

26 Setembre 2017


“Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños” ( Pablo Neruda)

Desde el andén
la hija agita la mano
antes de subir al tren.

Mientras ella
recorre la ciudad
en el ferrocarril que huye de la tristeza,
el padre
que la miraba agitar la mano
camina ahora
prisionero de la rutina
hasta el cementerio,
donde una hija
que no sube a ningún tren
vive sin vida
alegre
sabiendo que su hermana
no la olvida
aunque zigzague
inteligente
las aristas improductivas
de la tragedia.

Autor: Javier Solé

Ilustraciones: Oscar Santasusagna, “Subiéndose al tren” (2017) y  Janet Ternoff 

Del libro de poemas Las Hilanderas (ISBN 978-84-9160-877-6)


el bebedor de absenta (E. Manet, 1859)

25 Setembre 2017

manet-el-bebedor-de-absenta-1859

En 1859 Manet presentaba esta obra al Salón de París, institución artística de carácter oficial en la que se consagraban los artistas franceses. El jurado rechazó el cuadro. No gustó el tratamiento de un trapero borracho como un héroe, igual que hacía Baudelaire en su obra Las flores del mal, en la que el pintor se inspiró, de modo que la censura de los textos del poeta se extendió al lienzo de Manet.

La figura del trapero Collardet aparece a tamaño natural, embozado en una capa raída y con un alto sombrero de copa. En el pequeño muro que vemos tras él se aprecia la copa de absenta, mientras en primer plano contemplamos la botella, tirada en el suelo.

El bebedor se recorta sobre un fondo neutro, iluminado con la luz de las farolas de la calle, con las que crea un excelente claroscuro que recuerda el tenebrismo de Caravaggio.

El empleo de los tonos oscuros, sobre todo negros y marrones, vendría motivado por esa afición al Barroco español. La pincelada empleada es bastante suelta, destacando el rostro, que sería la causa del rechazo del Salón.


fantasía sobre Fausto (Marià Fortuny, 1866)

23 Setembre 2017

fortuny-fantasia-sobre-fausto-1866
La pintura representa el momento en el que el músico está interpretando al piano la obra la Gran fantasía de Fausto inspirada en la ópera Fausto de Charles Gounod en una velada que tuvo lugar en casa del pintor Francisco Sans Cabot.

La escena se divide en dos partes, la terrenal o parte inferior donde se encuentra el músico tocando al piano y junto a él dos pintores está tratada con el máximo detalle, tanto de personajes como de los objetos que la componen y en colores oscuros. En la parte superior y empleando una diagonal de colores mucho más luminosos, aparece la parte de fantasía, donde entre unas nubes asoman Mefistófeles vestido de rojo cortejando a Marta para distraer la atención de Margarita, que se adivina sutilmente al fondo junto a Fausto.

El desorden de las partituras que rodean a Pujol en el suelo evoca la arrebatada ejecución del músico, capaz de hacer imaginar a sus oyentes la escena del jardín. En ella, Mefistófeles, que da el brazo a Marta, se vuelve con vivacidad, en el centro de la composición. Su movimiento, de gesto teatral, se acentúa por el vuelo de la capa, y la instantaneidad de su presencia viene acentuada por el vuelo bajo de un búho de color blanco.

El colorido empleado es algo apagado por la moda masculina de la época, muy seria y austera, mientras que en la zona de la fantasía la gama cromática se hace más alegre y variada. Precisamente, para separar ambas zonas utiliza una clara diagonal, además del diferente colorido al que ya hemos aludido.


pido la luz y la insolencia…

22 Setembre 2017


Pido la luz y la insolencia: pido
la claridad, la certidumbre de los hechos
con parecido empeño al que asumiera
Blas de Otero al pedir la paz y la palabra.
En esta calle oscura, en esta latitud
que al lado de mi casa tiembla a veces,
en el precario territorio donde el tiempo señala
la frágil densidad de los proyectos
de vida, tiendo mis años como alfombras
y pido la luz y la insolencia.
Cerca,
otras vidas extienden sus alfombras
ajadas, su piel rota, su mirada
como un pozo sin agua, como un pozo.

Autor: Manuel Rico

Ilustración: Amalia Avia, “Calle Recoletos”


ensayo sobre el mirlo

21 Setembre 2017


Oh mirlo, cántame un lay hermoso
ALFRED TENNYSON

Soy un mirlo al que le han arrancado los ojos.
Así canto mejor: sublimo
este desorden trágico, este afán
imposible de ser
desde una ceguera absoluta.
En el vacío
de las cuencas vacías,
en esta oscuridad
sin reclamo, deshago mi canción
con todo un ímpetu desesperado.
Y vacío mi lengua
fuera de mí
para que haya luz.
Y vacío mi sangre,
para que riegue este desierto,
fuera de mí.
Y todo lo vacío
fuera de mí.

A veces —solo a veces— dentro
de mí, la luz.
La encuentro en el dolor de lo que sufre,
de lo que rompe
y desentraña
y destierra y revienta y precipita,
en el temblar hipnótico del mar que desconozco,
en el temblar más ciego del aedo.

En la memoria
del aire que fue mío, me detengo
a recordar los himnos,
pero ya ni siquiera sé quién soy.

Solo una canción pura,
solo su esclavitud desaforada.

Autor: Andrés García Cerdán

Fotografia de Laura Makabresku


rompiendo reglas

20 Setembre 2017


Es necesario
revertir el hechizo.

Ese
que borra a las mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de poder,
de las antologías.

Ese
que las encierra
entre cuatro paredes
con solo
colocarles un anillo.

Autor: Guisela López

Ilustración de Kate O’Brien