La vida (Picasso, 1903)

30 Agost 2011

Se conoce como período azul de Picasso al que transcurre entre 1901 y 1904: este nombre proviene del color que domina la gama cromática de las pinturas, y tiene su origen en el suicidio de su amigo Carlos Casagemas el 17 de febrero de 1901, que dejó a Picasso lleno de dolor y tristeza.

En la denominada época azul domina un sentimiento patético, expresado con una monocromía que posiblemente se inspiró en ideas debatidas en la tertulia modernista barcelonesa de “Els Quatre Gats”. Instalado en París, se inclinó decididamente por la monocromía azul para destacar la melodía de las líneas en un muestrario de personajes dolientes. El Picasso de veinte años parece conmovido por el sufrimiento y retrata un mundo de mendigos y ciegos de cuerpos escuálidos y cabezas vencidas.

En estos cuadros vemos cómo surge el mundo azul de la soledad silenciosa, de los parias de la sociedad: enfermos, inválidos, viejos, mendigos. Tanto por la realización como por la temática o el sentimiento del mundo, la época azul deriva directamente de la tradición hispánica. También la influencia del cine mudo fue decisiva; es el triunfo de la atmósfera ambiental sobre el antiguo claroscuro y sobre la policromía del impresionismo.

A menudo se relaciona esta predilección por las imágenes de miseria, del sufrimiento y de la desesperación trágica con las condiciones de la vida de París del artista y con la muerte de su amigo Casagemas, que se suicidó en 1901. No obstante, las fuentes de las que se alimenta la época azul son más amplias y profundas. Hay que buscarlas en el clima social del momento, en la atmósfera de la vida social de Barcelona y en la visión del mundo del mismo Picasso. Recordemos que en aquellos momentos Barcelona era uno de los santuarios del pensamiento anarquista revolucionario, donde se reflejaba la brutalidad de los contrastes sociales y de la miseria de la Iberia de aquel entonces. Este clima intelectual impregnaba la vida barcelonesa con las discusiones en los clubs, las reuniones y los mítines. En este ambiente, en el que aquello que se apreciaba más era la libertad y la independencia, y en el que la compasión por los humildes se imponía como norma moral suprema, se forjaron las actitudes vitales y las reacciones morales del joven Picasso.

París no sólo proporcionó al pintor un conjunto de impresiones artísticas nuevas; además le reveló la cínica inmoralidad de la sociedad, el egoísmo de los poderosos y la vida triste de los barrios miserables. Visita hospitales, manicomios, hospicios, y en ellos encuentra a los héroes de sus cuadros: pobres, inválidos, desheredados, parias de la sociedad en sus lechos sarnosos. Pero no sólo es la compasión sentimental por ellos lo que el artista expresa en sus cuadros; el mundo azul del silencio por el que se mueven los personajes es más que un símbolo del sufrimiento, también es un mundo de soledad orgullosa, de pureza moral. En ella se contraponen dos grandes temas conocidos. El de la pareja desnuda, de pie y enlazada, y el de la majestuosa maternidad pobre, cubierta con un manto y los pies desnudos. La pareja evoca los rasgos de Carles Casagemas y su amante Germaine. Dos personalidades tiernas y delicadas. Una relación que fue capaz de crear, en el hombre, un enamorado que le llevó al intento de asesinato y al suicidio. La maternidad es ya un icono sistematizado por Picasso, con su perfil severo y estatuario, modelado por la pobreza, que aquí aparece como especie de retrato del dolor frente a la felicidad.

En “La Vida” resume la mayor parte de los temas y la atmósfera de la época azul: el pesimismo nihilista desarrollado en su época de formación en Barcelona, recrudecido bajo las dificultades materiales que sufre en la época. «Creo que el Arte es hijo de la Tristeza y del Dolor», declara a su amigos.


El Pescador (Sorolla, 1904)

11 Agost 2011


El Pescador es un cuadro realizado por el pintor español Joaquín Sorolla en el año 1904, vinculado al impresionismo español, de corte costumbrista.

Sorolla realiza una interpretación personal del estilo impresionista y dota de protagonismo absoluto a la luz, el color y el movimiento de las figuras. Entre sus temas preferidos destaca su dedicación al paisaje levantino, de ambiente costero, siempre con presencia humana, que plasma con un protagonismo absoluto de la luz.

La obra fue pintada en la playa valenciana de Cabañal y muestra en primer plano la figura de un muchacho que transporta en una cesta la pesca realizada a lo largo del día.

Se trata de una composición en la que destaca la luminosidad del conjunto en el que predominan los tonos azul y rosa. La figura principal se muestra en diagonal por encima de las rodillas, lleva el torso desnudo y un sombrero le protege la cara del implacable sol. Sostiene con el brazo izquierdo un cesto de mimbre cubierto por un lienzo de tela que mueve el viento caprichosamente, dejando al descubierto la pesca. En el fondo está el mar y unos niños que juegan con las olas.

Se ha querido ver en esta obra, como en otras del artista, la influencia de la fotografía y de hecho Sorolla trabajó durante unos años de su juventud en el estudio de un fotógrafo, entablando relación con su hija Clotilde, que acabaría por convertirse en su esposa.


Noviembre (A. Mañas, 2002)

1 Agost 2011


“Le aseguro que no hay ningún día de mi existencia en que no recuerde aquel instante. Nosotros queríamos cambiar el mundo y desde luego que no lo conseguimos. Ahora lo que intento es que el mundo no me cambie a mí”

(Monólogo final de Lucía, personaje interpretado Ingrid Rubio/Paloma Lorena)

Sinopsis: Cierren las salas, el arte está en la calle! Empujado por el grito revolucionario y un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, un joven Alfredo (Óscar Jaenada), decide crear “un arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente se sienta viva”. Su concepto del teatro empieza más allá del escenario, se traslada a pie de calle, cara a cara con el público. Allí en una plaza cualquiera, en un parque o en la avenida más comercial de la ciudad, Alfredo y su grupo Noviembre comienzan la función: demonios que provocan a los paseantes, actuaciones de denuncia social, acciones llevadas al extremo que ponen en alerta a las fuerzas del orden público. No hay límites ni censuras, sólo hay ideas y todas valen si son capaces de conseguir que el espectador deje de ser espectador y pase a formar parte del guión; se sorprenda, se asuste, ría o llore. El teatro como la vida, la vida como el teatro… ya no hay diferencia.

“Desde que era un niño he estado, por razones familiares, relacionado con el mundo del teatro y guardo de estas vivencias muchísimos recuerdos. De todos ellos, hay uno que no se me olvidará y que ha sido el principal motivo que ha dado origen a esta película. En los años setenta, un grupo de actores creó una compañía de teatro independiente actuando en diferentes lugares del territorio nacional sin cobrar ni una peseta por su dedicación. Aquella compañía se llamaba El Piojo Picón y surge al mismo tiempo que otros grupos de teatro independientes que, sin ánimo de lucro, recorrieron España durante la época de la transición. La existencia de tales grupos, su lucha por hacer un teatro diferente, libre, independiente y gratuito sigue siendo para mí un misterio, en una sociedad como la de hoy, en donde cualquier forma de arte está obligatoriamente sometida, como el resto de cosas, incluidos los seres humanos, a las leyes imperativas del mercado.

Noviembre es principalmente el movimiento frente al estancamiento de las ideas, frente al escepticismo como principal asesino de toda forma de positivismo, de generador de movimiento, y por lo tanto de creación, de futuro, de vida.

Gabriel Celaya decía que la poesía era un arma cargada de futuro. Creo que el arte, y el teatro en particular son y deben ser un arma. Un arma cargada de ideas, de palabras, pero también de contradicción, de paradoja; un arma, por encima de todo, inconformista que nunca pierda el sentido de la autocrítica”. (Declaraciones del Director).

“Mañas compone una hermosa historia coral, encabezada por un convincente Óscar Jaenada, subvertida en un alegato a la libertad de expresión, a la transgresión creativa como revulsivo a la nimiedad cultural que asola y padece el arte moderno. Un grito de libertad frente al conformismo, donde la originalidad radical es mostrada como salvación del conservadurismo y como ruptura de las reglas autócratas homogenizadoras de las artes escénicas, visuales y demás disciplinas artísticas (…)
Dramática, valiente y drástica en sus conceptos, “Noviembre” es una gran película que, lamentablemente, contiene en su columna vertebral una errónea y equívoca forma narrativa, como es ese falso documental que dirige la acción. (Miguel Angel Refoyo)

“Noviembre” es la crónica viva de unos ideales, desde su insobornabilidad a su decadencia, hilada a través de la evolución de un grupo de teatro callejero que crea un manifiesto para agarrar sus principios y hacerlos sólidos. Aunque herede cierta pretensión de la parte más negativa y rancia de la plataforma de actores del “No a la guerra”, también guarda su magnanimidad y su compromiso, su campo abierto a la esperanza, su aroma de obra popular, de cuento juglar con vocación movilizadora. (Mateo Sánchez Cardiel).