roble en la nieve (Friedrich, 1829)

28 febrer 2022

Es obligación
Del esqueje
Desdeñar
La sabiduría
Del roble
Milenario

(Jorge M. Molinero)


Este cuadro de pequeñas dimensiones representa un fragmento de paisaje claramente delimitado. En una pradera cubierta de nieve se alza un roble nudoso, cuyas ramas inferiores alcanzan los bordes de la imagen. En último término, se distingue la linde de un bosque, mientras que en primer plano aparece representada una pequeña charca en cuya orilla yacen dos ramas muertas. A través de las ramas caídas junto a la charca, Friedrich podría querer simbolizar que la vida humana y su poder son fugaces La tonalidad gris del cielo se corresponde con la de la estación invernal y sólo en la parte superior del lienzo se distinguen algunos fragmentos de cielo azul.

El tema del roble aparece frecuentemente en la obra de Friedrich.

Entre 1828 y 1829 Caspar David Friedrich retomó un motivo que le había interesado durante toda su vida, el que había llevado al lienzo en 1822 en el Paisaje con un árbol solitario: el roble solo, constituido en centro de la composición, alzándose ante el paisaje circundante.

El tratamiento de esta obra es muy similar a la de Roble en la nieve, casi una variación sobre la misma obra. El cuadro fue expuesto en Dresde, de donde pasó a Berlín y Königsberg. En 1843 pasó, como tantas otras obras, a propiedad de C. G. Carus. Para su ejecución, Friedrich empleó un dibujo de 1806, similar a otros estudios de robles.

Como en la otra obra casi gemela, Friedrich sitúa un roble en el centro de la composición, ocupando todo el alto del lienzo, ante un pequeño charco producido por el deshielo de la nieve de sus ramas. Este mismo roble aparece como el imponente guardián del Túmulo megalítico en la nieve, de 1807, y en el célebre Cementerio de monasterio bajo la nieve, de 1817-19, destruido en 1945. La razón para estas reiteraciones en el motivo de debe al alto valor simbólico que este árbol poseía en el contexto del primer Romanticismo alemán.


de acá para allá entre una cosa y otra

27 febrer 2022

Cada vez queda menos
para que estalle la bomba.

Hay lluvia en la agonía del agua.
Hay incendios para sofocar el fuego.
Hay disoluciones perversas en la nada.

Somos mercancía.

Hay análisis y análisis,
hay remedios y remedios,
experimentos y experimentos.

Giros y giros en el carrusel.

Alguien toma fotografías
aprovechando la situación,
aunque las imágenes envejezcan muy pronto.
Alguien rellena un cuestionario.
Alguien se queda dormido.
Alguien se orienta por un mapa fantasioso,
dibujado para desorientar.
Alguien busca un intérprete para su propio idioma.
Alguien se oculta.

Las termitas han devorado por completo
la viga maestra.

La mercancía cumple su papel,
y poco más.

Toda idea no es más que una ilusión.

Cada vez queda menos
para que estalle la bomba.

Autor: David Eloy Rodríguez

Ilustración: Roberto Matta, “espejo de cronos” (1981)


rocío

26 febrer 2022

Entonces no entendía
lo hermoso de la muerte.

¿Cómo puede la muerte ser hermosa?

Pero vi la belleza
cuando cerré tus ojos.

Si antes amé,
fue nada.

Autor: Sandro Luna

Ilustración: Paco Lafarga, “V y los pájaros suicidas” (2017)

 


la tristeza traviesa

25 febrer 2022

Tengo una tristeza
traviesa, traviesa…
Todas las mañanas
trepa a mi ventana
y al menor descuido
saca del bolsillo
su caja de tizas
y dibuja lágrimas
sobre mis mejillas.
A veces me espía
cuando estoy dormida
y durante el sueño
me esconde la risa.
A veces espera
que esté distraída
y entonces me roba todas las sonrisas.
Por más que le digo
que yo no la quiero
ella igual se queda.
Por más que le pido
que se vaya lejos
ella igual regresa.
Pero no me importa
que les haga bromas
a mis alegrías.
Yo sé que algún día
un día cualquiera
cuando no me vea
la voy a asustar
y entonces se irá.
Porque ella no sabe
que yo bajo la llave
tengo bien guardadas
muchas carcajadas
y así esta tristeza
traviesa, traviesa,
tendrá que alejarse
y no volverá.

Autor: Liliana Cristina Cinetto


lliri d’aigua

24 febrer 2022

Mare,
el teu cor
batec d’aquest silenci.

Dins meu, filla
encara
ets viva.

Autor: Javier Solé

LIRIO DE AGUA

Madre,
tu corazón
latido de este silencio.

En mi interior, hija
todavía
estás viva.

Autor: Javier Solé


un secreto de amor

23 febrer 2022

Tengo un secreto de amor
escondido en el bolsillo.
Es un secreto pequeño
envuelto en miedos sencillos.
Tiene sólo cuatro letras,
cuatro letras que te nombran,
que sólo encuentran mi voz
al abrigo de las sombras.
Mi secreto se acurruca
en la esquina del silencio
y te espía desde un libro
cuando estoy en el colegio.
Roba a veces tu sonrisa
y con hilos invisibles
la hilvana a este amor que crece
en tierras de lo imposible.
Se alimenta en la penumbra
con retazos de palabras
que no encuentran el camino
para llegar a tu alma.
Y cuando no te das cuenta,
se asoma hasta tu mirada
y calma su sed inmensa
bebiendo a sorbos mis lágrimas.
Mi secreto se disfraza
con pretextos y mentira
y solamente la luna
sabe esta verdad prohibida.
Las estrellas son guardianes
que vigilan mi secreto
para que nunca se escape
por la ventana del sueño.
En horizontes de otoño
se deshoja mi esperanza
y se mueren sin caricias
mis manos que no te alcanzan.
Porque no puedo gritarlo
y porque nadie lo sabe
duele tanto este secreto
guardado con siete llaves.
Y mi amor fue condenado
al abismo del olvido
porque estoy enamorado
de la novia de mi amigo.

Autor: Liliana Cristina Cinetto

 


Maria Munk en su lecho de muerte (Klimt, 1912)

22 febrer 2022

El mediodía del 28 de diciembre de 1911 a los 24 años, en su departamento, Ria Munck se disparó al corazón con un revolver calibre cinco milímetros, hallando la muerte de inmediato. Hecho poco comprensible, ya que perteneciendo a una de las familias más acaudaladas y prestigiadas de Viena, gozaba de los privilegios de su clase. Pronto se conoció que el motivo era por la decepción amorosa que sufrió al enterarse que su amante no se casaría con ella. Ewers le escribió una carta dando por terminada la relación, esto después de que la madre de Ria, con una cuantiosa dote por delante, le hubiera pedido casarse con su hija para reivindicar su imagen transgresora de las normas morales.

Ría fue siempre un dolor de cabeza para sus padres, Arenka Pulitzer y Alexander Munk, que en los albores del 1900 en Viena, tenían un prestigio y una fortuna que cuidar, ante los rumores que protagonizaba su rebelde hija. Siendo bonita, rica y caprichosa no paraba de trangredir las normas morales de una chica judía decente: fumaba, usaba las faldas demasiado cortas, y sobre todo, se había hecho amante de un alemán libertino, cuarenta años mayor que ella.

Así que para aliviar con arte el dolor por la tragedia de su hija encargó a Klimt un retrato de su amada Ría en su lecho de muerte.

Klimt realizó tres versiones antes de dejar satisfechos a los padres: “Ria Munck en su lecho de muerte” (1912), “La bailarina” (1916-1917) y “Retrato de Ria Munck III” (1917-1918).

La primera le pareció demasiado siniestra a la familia, ver el rostro pálido de Ria con los ojos cerrados, recostada sobre una almohada blanca rodeada de rosas, no era como querían recordarla.

La cabeza de la joven aparece hundida en una almohada de color claro, mientras que una especie de manta le llega hasta la barbilla y cubre sus mejillas parcialmente. La pálida cara de la joven parece una máscara y las formas afiladas de la nariz y la barbilla revelan ya la rigidez típica de un difunto. Los opulentos tonos rosa con los que Klimt representa la almohada, la manta y, sobre todo, las rosas suaves y delicadas que cubren su cuerpo, casi consigue que se olvide el motivo del cuadro y constituyen un pintoresco contrapunto a la trágica realidad. Klimt la pintó en paz, con las mejillas rosadas, y con la boca parcialmente abierta, como si sólo ella soñara rodeada de flores al igual que la Ofelia de Shakespeare….

Pidieron otro óleo a Klimt. Este pintó nuevamente a Ria -ahora en vida-, erguida de cuerpo completo, los senos al aire, las piernas visibles con medias de hilo. Retrató a Ría plena de un erotismo audaz y misterioso, donde la muchacha muestra un pecho desnudo y sus torneadas piernas vestidas con medias de hilo asomando bajo su falda, está en una pose frontal completa, pero su cabeza se vuelve levemente seductora hacia la izquierda. Sus mejillas tienen un sensual tinte rosa y la forma horizontal alargada de sus ojos le da un aspecto oriental. El óleo tampoco fue aprobado por la familia quien lo calificó de atrevido; tampoco querían que así se recordara a la joven.

La tercera fue la vencida. “Retrato de Ria Munck III” pasó a formar parte de la colección de la madre de Ria, no se sabe si por convicción o porque fue imposible reclamarle a Klimt -quien murió de un derrame cerebral el 6 de febrero de 1918 a los 55 años-, dejando la obra inconclusa.

Pinta a Ria con mejillas vitales y rosadas y sus hermosos ojos oscuros.y una sonrisa soñadora. Hay un delicado matiz de color azul claro en la cara y el cuello, que le confiere su aspecto fantasmal.


la visita

21 febrer 2022

Con la sorpresa que guardan
algunos días tontos
llegas de la mano
de un pequeño vals de octubre.
Te quedas dos, tres días
y luego vuelves
al refugio de una vida
cerrada a mis recuerdos.
Despierto risueño
aunque el soplo de tu voz
perdida en un poema de otro siglo
me susurre que serás siempre una ausencia.

Autor: Gabriel Alejo Jacovkis

Ilustración: Armando Ronchetti, “lluvia” (1961)

Fuente original:

https://paramiuncortado.wordpress.com/2013/04/27/la-visita/


el espejo de la vida (Volpedo, 1895)

20 febrer 2022

Una hilera ordenada de ovejas avanza hacia la izquierda en la orilla del Curone, un corto arroyo de Alessandria. El arroyo que corre 8 kilómetros antes de desembocar en la Molgorella. Entre las ovejas de pelaje blanco, destaca una de pelaje oscuro. En primer plano, el agua del arroyo crea bucles y se infiltra en el suelo. Más allá de los animales se extiende la llanura, empapada de agua que crea estancamientos en medio del verde. Finalmente, una línea de colinas se eleva a la izquierda, mientras que un paisaje boscoso se extiende a la derecha.

El paso de las ovejas que se suceden en fila confiere una tendencia horizontal a la composición del cuadro. Esta acusada horizontalidad se suaviza por la presencia de líneas verticales y convergentes que parten de los charcos de agua en primer plano y de los suaves perfiles de los cerros detrás, convergiendo hacia la línea trazada por los animales.

La escena está impregnada de una fuerte luminosidad que golpea los cerros, el paisaje, el agua. Este sugerente efecto luminoso es creado por Pellizza gracias a una aplicación de color puro en pequeños toques. La pintura es, de hecho, un ejemplo de la maduración de la técnica puntillista.

Giuseppe Pellizza da Volpedo fue un pintor italiano siempre fiel a la búsqueda del realismo social. En su obra cultivó las temáticas políticas y sociales y dignificó la figura de ese primer proletariado de la Revolución Industrial. Decide hacer un «arte para la humanidad» frente al concepto de «arte para el arte» y adopta una temática política y social, además de algún que otro paisaje realista.

“Sul fienile” (1892) es una de las obras maestras divisionistas italianas más importantes. Fue la primera pintura en la que Pellizza aplicó meticulosamente el puntillismo con una separación de los colores en puntos. El propio pintor, consciente de la importancia de la obra, la señaló como el inicio de su nueva etapa pictórica, atento a las cuestiones sociales y capaz de establecer una relación más estricta con la realidad gracias al uso de la nueva técnica. El fondo también está inspirado en la realidad, la de la campiña piamontesa donde vivió Pellizza.

La obra pertenece a la serie denominada “Idilli”, un ciclo de pinturas sobre el sentimiento amoroso en el transcurso de la existencia humana, que Pellizza concibe en 1897 y comienza a desarrollar en 1898.

Prato fiorito fue el primero de la secuencia, que continuó con Paseo amoroso, El amor en la vida y terminó con los cuadros oscuros La puerta negra y La anciana en el establo.


señales

18 febrer 2022

Sientes que la calma ha llegado.
El tiempo de contar ovejas quedó atrás.
No apagues la luz. No duermas, todavía.
Comienza a enumerar leones.

Autor: Gsús Bonilla

Ilustración: Giovanni Segantini, “Ritorno all’oville”