Es obligación
Del esqueje
Desdeñar
La sabiduría
Del roble
Milenario
(Jorge M. Molinero)
Este cuadro de pequeñas dimensiones representa un fragmento de paisaje claramente delimitado. En una pradera cubierta de nieve se alza un roble nudoso, cuyas ramas inferiores alcanzan los bordes de la imagen. En último término, se distingue la linde de un bosque, mientras que en primer plano aparece representada una pequeña charca en cuya orilla yacen dos ramas muertas. A través de las ramas caídas junto a la charca, Friedrich podría querer simbolizar que la vida humana y su poder son fugaces La tonalidad gris del cielo se corresponde con la de la estación invernal y sólo en la parte superior del lienzo se distinguen algunos fragmentos de cielo azul.
El tema del roble aparece frecuentemente en la obra de Friedrich.
Entre 1828 y 1829 Caspar David Friedrich retomó un motivo que le había interesado durante toda su vida, el que había llevado al lienzo en 1822 en el Paisaje con un árbol solitario: el roble solo, constituido en centro de la composición, alzándose ante el paisaje circundante.
El tratamiento de esta obra es muy similar a la de Roble en la nieve, casi una variación sobre la misma obra. El cuadro fue expuesto en Dresde, de donde pasó a Berlín y Königsberg. En 1843 pasó, como tantas otras obras, a propiedad de C. G. Carus. Para su ejecución, Friedrich empleó un dibujo de 1806, similar a otros estudios de robles.
Como en la otra obra casi gemela, Friedrich sitúa un roble en el centro de la composición, ocupando todo el alto del lienzo, ante un pequeño charco producido por el deshielo de la nieve de sus ramas. Este mismo roble aparece como el imponente guardián del Túmulo megalítico en la nieve, de 1807, y en el célebre Cementerio de monasterio bajo la nieve, de 1817-19, destruido en 1945. La razón para estas reiteraciones en el motivo de debe al alto valor simbólico que este árbol poseía en el contexto del primer Romanticismo alemán.
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