serie milongas de Borges (Carlos Ferreyra, 2005)

“Es muy difícil pensar en un Borges compadrito pero así se tuvo que sentir él para poder imaginarse ese mundo lleno de quilombos, traiciones, puñaladas y traerlo hasta acá provocando, a la vez, ese desafío de perderle el respeto y tratar de meterse en su mente y compartir con él estas milongas.”

( Carlos Ferreyra)

Arrabales adornados de silencios y misterios. Taqueros, maulas, compadritos, batidores, pungas, minas, cuchilleros. Hombres de mentas. Qué geografía indecente que ocupa rimas en los versos de Evaristo Carriego. También, pululan las puñaladas certeras y traicioneras, de hombres con chalinas echadas en los hombros, de chambergo alado, bigotes achinados y miradas de malicia y filosofía. En esta sutil sinfonía de colores que Carlos Ferreyra (santafesino, artista plástico, nacido en 1937) presenta en Milongas Borgeanas, el cosmos de esos taitas y diqueras, que el mismo Jorge Luis Borges rescató con su pluma. Basta una lectura a esas magistrales rimas que le cantaron a Alejo Albornoz, Jacinto Chiclana, Nicanor Paredes, Manuel Flores, Saverio Suárez, Servando Cardoso. Sin olvidar a la trilogía de la esquina rosada. Esa, esquina rosada que vio a La Lujanera, Rosendo Juárez y Francisco Real danzar en una hoja brillante de puñal. Y de hombría, por polleras y rimel. Son en estas obras que Ferreyra retrata esas escenas de orilleros y malevos; color, movimiento y sentimiento de noches absurdas en bares de mesas deslustradas, con porrones de ginebras y aroma a tabaco. Gestos adustos, pasos firmes, movimientos sensuales de una milonga arrumbada entre los cuerpos de los bailarines. Este artista recoge el momento de aquellos días. Y cómo logra expresarlo. Son las raíces de una sociedad. De un pueblo. Ferreyra dota a esos personajes de una vitalidad eterna. Una muestra ciudadana de barrios porteños y suburbanos que todavía ruedan a la vuelta de cualquier esquina.

Yo soy Francisco Real, un hombre del Norte. Yo soy Francisco Real, que le dicen el Corralero. Yo les he consentido a estos infelices que me alzaran la mano, porque lo que estoy buscando es un hombre. Andan por ahí unos bolaceros diciendo que en estos andurriales hay uno que tiene mentas de cuchillero , y de malo , y que le dicen el Pegador. Quiero encontrarlo pa que me enseñe a mí, que soy naides, lo que es un hombre de coraje y de vista”

(Borges, “El hombre de la esquina rosada”)

Artista inquieto, de insaciable curiosidad, Ferreyra frecuentó todos los temas clásicos de la pintura y hasta incursionó en la abstracción; pero es la figura humana, en particular algunos arquetipos de la tradición y la cultura latinoamericanas y la gente sencilla, donde ha encontrado la inspiración de sus obras más importantes.

Nacido en Santa Fé, Argentina en 1937, Carlos Ferreyra es un artista autodidacta que a lo largo de su carrera ha desarrollado una prodigiosa técnica para el dibujo a tinta china y la pintura al óleo.

Él mismo relató en una entrevista que aprendió a dibujar “solo, en las eternas tardes santafecinas, con el lápiz de carpintero de mi padre, sobre los papeles blancos que envolvían el pan que se compraba a diario, en la mesa del comedor; siempre con la mirada quieta y asombrada de mi madre que empezaba a entrever que había un camino diferente para su hijo. Sí, no tuve más escuela que yo mismo ni más armas que la imaginación”.

Más información en:

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/02/23/milongas-de-borges-i/

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/02/29/milongas-de-borges-ii/

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/03/05/milongas-de-borges-iii/

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/03/17/milongas-de-borges-iv/

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/03/27/milongas-de-borges-v/

https://fragmentsdevida.wordpress.com/2024/04/03/milongas-de-borges-vi/

 

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