trigal con cuervos (Van Gogh, 1890)

Van Gogh - trigal con cuervos (1890)
En los últimos sesenta días de su vida Van Gogh pinta ochenta cuadros. Algunos los más célebres de su obra. Un frenesí artístico con el que probablemente pretendía escapar de la erosión creciente de su salud, de un final que quizás veía cercano…

Este cuadro fue pintado sólo un mes antes de su muerte por suicidio y refleja intensamente su estado de ánimo donde expresa cruelmente la desoladora tristeza y la extrema soledad del pintor. Está considerado uno de sus mejores trabajos, una especie de testamento pictórico.

En el centro de la obra hay un camino que atraviesa el trigal. Se trata de un camino tortuoso que es como el artista veía su propia existencia, llena de soledad y decepciones. Las pinceladas nerviosas, a veces en ángulo recto, resaltan especialmente en el cielo, que ofrece un aspecto tormentoso y agitado, como si estuviera a punto de estallar una devastadora tempestad.

El lienzo está dominado por una atmósfera oscura, cargada de presagios, y el vuelo de los cuervos negros no alivia en modo alguno la tensión, al contrario, representa una fúnebre premonición de desgracia y muerte.

En cuanto a los tres caminos que se abren entre los trigales, resulta atractivo especular sobre su significado. Hay quienes han sugerido que el cuadro es un reflejo de la incertidumbre de Vincent sobre el derrotero que tomará su vida. Según este punto de vista los tres caminos representarían el pasado, presente y futuro de la vida del artista.

En Trigal con cuervos las pinceladas son desordenadas e irregulares. El cielo azul y los campos amarillos se repelen con violencia.

El artista, que se había identificado muchas veces con el sembrador, el que trabaja la tierra y echa las semillas que darán nuevos frutos, reconoce aquí su irremediable derrota. El 27 de julio, vagando sin rumbo, llegó a estos mismos campos, pero en vez de disparar contra los cuervos dirigió el arma y se suicidó.

A ese mismo trigal, según cuentan, acudió con una pistola para dispararse el tiro en el pecho que le provocó la muerte tras dos días de agonía en brazos de su hermano. El 29 de julio de 1890 desapareció, después de diez años de enfermedad, tormento, penurias e incomprensión uno de los más grandes pintores. Sólo había vendido unos pocos cuadros, aunque sabía que algún día la gente habría de reconocer que “valen más que el dinero que costaron los colores para pintarlos.

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