knotberken (Van Gogh, 1884)

18 Desembre 2023

Imploro a este ocaso
la última brizna de luz.

Sé que no estoy solo.

Estos árboles desnudos,
abedules retorcidos,
invocan la resurrección.

Son huérfanos en procesión.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Van Gogh, “Paisaje con sauces podados” (1884)

Cuando el invierno dio paso a la primavera, Van Gogh comenzó una serie de pinturas inspiradas en el paisaje cambiante de Brabante, incluida la composición actual, Knotberken. Centrado alrededor de un quinteto de abedules, que habían sido podados estratégicamente el año anterior para fomentar un nuevo crecimiento y que apenas comenzaban a brotar nuevamente, el lienzo revela la creciente confianza del artista en el manejo de la pintura y el enfoque del color durante este período. Parece haber elegido la escena por el carácter único y expresivo del pequeño bosquecillo de árboles, sus troncos retorcidos y retorcidos y sus ramas delgadas y desnudas se destacan claramente contra el cielo lleno de nubes. Al enfatizar la textura áspera y el color variado de la corteza del árbol con pinceladas cortas y curvas cargadas de pigmento, Van Gogh imbuye a los abedules con una sensación de monumentalidad y permanencia, sus poderosas formas aparecen como un hito de larga data en medio de los campos llanos y ondulados que los rodean.

Entre los árboles se encuentra una figura masculina, su forma capturada en solo unos breves trazos del pincel. Vestido con el atuendo de un trabajador o granjero local, su presencia en la escena apunta al continuo interés de Van Gogh por la vida de la gente común que hizo de esta parte del campo su hogar, un tema que lo ocuparía intensamente el año siguiente. Con la cabeza gacha y los hombros ligeramente encorvados, la figura de Knotberken parece hacer eco de la postura de los personajes centrales del Ángelus de Millet, que sumergen la cabeza en oración, mientras hacen una pausa momentánea en su labor en los campos. Al mismo tiempo, la postura del hombre encuentra paralelos en los perfiles de los árboles, lo que sugiere que es una parte tan importante del paisaje como los mismos abedules envejecidos, su vida está igualmente arraigada en el suelo de Brabante y atada a este paisaje inmutable.

Los árboles fueron una importante fuente de inspiración para Van Gogh. Sauces nudosos, robles y hayas son el motivo principal de una veintena de sus dibujos y pinturas. En esta obra, Pollard birches (1884), el artista ha dibujado varias hileras de abedules trasmochos con una técnica de pluma muy competente. A ambos lados de los abedules ha añadido una figura, un pastor con un rebaño de ovejas y una mujer con un rastrillo al hombro. En una carta a Theo de 1882, Van Gogh reveló que vio “algo así como un alma” en los árboles. Debe haber estado inspirado de manera similar cuando representó estos expresivos abedules desmochados de aspecto bastante trágico.