personas sin Hogar (Thomas Kennington, 1890)

23 Desembre 2023

Lo que vemos en este cuadro en concreto es una madre con su hijo desvanecido posiblemente por inanición. Aunque no tienen un aspecto desarreglado se intuye que sus únicas pertenencias se encuentran en el hatillo que ha dejado en el suelo para atender a su hijo. El cuadro inspira compasión, frío, soledad, los colores grises y las pieles tan pálidas contribuyen a ello.

La técnica utilizada por Kennington para pintar el pavimento mojado y el río y su enfoque en sutiles variaciones de tonalidades más que sobre el color – como la luz gris suave que ilumina esta escena – se encontraban entre las características de artistas británicos procedentes de fuentes francesas de la época.

Se desconoce el escenario de la obra, pero se presume que será Londres. Al fondo, parcialmente oculta por el smog, vemos una fábrica de gas y una alta chimenea que expulsa humo. Este es un escenario de contaminación urbana; un paisaje urbano sombrío. En primer plano vemos a una mujer vestida de viuda sosteniendo el cuerpo de un niño, levantándolo parcialmente del pavimento mojado. El rostro del joven está pálido y su cabeza ha caído hacia un lado. Parece estar en mal estado, posiblemente al borde de la muerte. Sus ojos miran perdidamente pero parece no darse cuenta de lo que lo rodea. El artista ha representado aún más la deprimente situación limitando la representación de la naturaleza a un árbol sin vida a la derecha del cuadro. No tiene hojas, una de sus ramas inferiores está rota y toda ella está revestida por adoquines de hormigón que inhibirán su crecimiento.

Kennington nació en el puerto pesquero de Grimsby en Lincolnshire en abril de 1856. De joven estudió pintura en la Escuela de Arte de Liverpool, donde ganó una medalla de oro, y en el Royal College of Art de Londres. También fue a París, donde se matriculó en la Académie Julian y estudió con William-Adolphe Bougereau y Tony Robert-Fleury. Thomas Kennington vivió en una época en la que había un gran número de familias viviendo en la “línea del pan”; término utilizado para denotar las condiciones más pobres en las que es aceptable vivir, y algunos incluso mueren de hambre en las calles de la ciudad. La población de Gran Bretaña se triplicó durante el siglo XIX debido a muchos factores, como la afluencia de personas de Irlanda que escapaban de la hambruna de la papa, el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad infantil. Era difícil encontrar trabajo en el campo, por lo que la gente acudió en masa a las zonas urbanizadas en busca de trabajo. Con tal grupo de trabajadores, los propietarios y empresarios podían pagar salarios bajos, a menudo tan bajos que los trabajadores no podían permitirse el lujo de alimentar o albergar a sus familias. A mediados del siglo XIX se estimaba que había más de treinta mil niños sin hogar viviendo en las calles de Londres. Sin embargo, muchas de las personas acomodadas no simpatizaban con su difícil situación y creían que cualquier dinero entregado a los pobres simplemente se desperdiciaba en bebida y juego y, de ninguna manera, resolvía los problemas sociales subyacentes.

Thomas Kennington (1856-1916) era un activista social que estaba perturbado por la pobreza que veía a su alrededor y decidió que, a través de su arte, resaltaría la difícil situación de los pobres.

Sin Hogar (Homeless) (1890), es una de una serie de obras en las que Kennington representa la difícil situación de las mujeres y los niños que estaban empobrecidas o indigentes.

Otra obra de arte que se centró en cómo la pobreza puede afectar a las familias se resumió en la obra de Kennington titulada Widowed and Fatherless (viuda y huérfana) (1888). En esta representación tenemos a una madre cuyo marido ha muerto y a ella le queda la monumental tarea de criar a sus hijos. Un niña está acostado en la cama. Quizás esté dormida o quizás esté muy enferma. Su hermana se arrodilla junto a la cama rezando, tal vez rezando para que su hermana se recupere de su enfermedad. La madre está sentada en una silla cosiendo ropa pero no puede quitar los ojos de encima a su hija enferma.

En Huérfanos (Orphans) (1885) vemos a dos niños jóvenes. Podrían ser hermanos. Sus ropas no son más que harapos. La cabeza del niño mayor está caída hacia un lado debido al cansancio. Apenas puede mantener los ojos abiertos, pero miran fijamente la cabeza del niño más joven que, debido a circunstancias fuera de su control, es a quien tiene que cuidar. El niño más joven, con sus mejillas sonrosadas, se sienta en el suelo y se apoya contra el mayor para sentirse cómodo, con la cabeza y el brazo apoyados en el muslo del mayor. Nos mira fijamente de manera suplicante. ¿Qué nos pregunta? ¿Es simplemente sustento o quiere nuestro amor y nuestra protección de las privaciones que se ve obligado a sufrir? En el suelo, frente a los dos niños, hay un plato con un trozo de pan seco que resalta su difícil situación.

U n trozo de pan aparece en otra pintura de Kennington, titulada Pan diario, que completó en 1883. El título probablemente deriva de las palabras del Padre Nuestro, danos nuestro pan de cada día.

Esta es una descripción muy emotiva de la pobreza y se ha sugerido que pudo haber sido influenciado por el pintor español Murillo (1618-1682), cuyo trabajo tanmbiñen incluyó a niños de la calle.

Waifs está en la misma línea que Orphans La cansada joven ha vendido muy pocas de sus flores doradas y ahora la lluvia ha ahuyentado a sus clientes, que se refugian bajo paraguas y toldos al fondo. Está refugiada bajo un arco con un vendedor de cajas de cerillas que está descalzo y no tiene nada con qué jugar excepto unas cuantas cáscaras de nueces y tampoco tiene muchas esperanzas de comprar la ‘Cena’ que anuncia en un anuncio pegado en la pared encima de ellos.